Figura 17. Playa de Parazuelos, con abundantes cantos en superficie
Figura 17. Playa de Parazuelos, con abundantes cantos en superficie
Juan Carlos Calvín

  Durante la Prehistoria los asentamientos tienden a ubicarse en posiciones que responden a razones estratégicas: control visual del territorio, fáciles de defender, tierras de cultivo próximas, zonas de pastoreo, recursos acuíferos, vías naturales de comunicación, recursos de caza o pesca, facilidad de extracción de material constructivo o próximos a zonas mineras.

  El entorno de la comarca de Mazarrón disponía de gran cantidad de recursos naturales, que fueron aprovechados desde la Prehistoria, entre los que destaca la explotación de los recursos marinos, una de las constantes que se repite a lo largo de toda su Historia. Esta actividad, que con el tiempo dio lugar al desarrollo de grandes factorías pesqueras, con industrias derivadas del salazón en época púnica y romana, se documenta arqueológicamente desde el Paleolítico Medio en la Cueva del Hoyo de los Pescadores. En el poblado del Cabezo del Plomo, durante el Eneolítico, se encontraron abundantes restos de bivalvos, moluscos, almejas, además de vértebras de peces, aún en fase de estudio, que constituían la base de la dieta alimenticia de los habitantes del poblado.

  La pesca y el marisqueo se completaba con el aprovechamiento de otros recursos del entorno: la práctica del pastoreo (predominan los ovicápridos, el cerdo y el conejo), la caza (aves) o la recolección, todas ellas fueron actividades complementarias al marisqueo y a la pesca durante la Prehistoria. En Hoyo de los Pescadores se constató la existencia de cabras, caballos, jabalíes, lagartos y conejos, fauna característica de un clima parecido al actual.

  La agricultura, en la que predominarían los cultivos de secano, adaptados a un clima seco, árido y poco lluvioso, era aún en la época del Cabezo del Plomo (3200-2900 a.C.) una actividad incipiente, poco desarrollada y con unos rendimientos bastante pobres. La falta de arados, de abonos y una tecnología rudimentaria influyeron también, junto al clima y la pobreza de sus suelos, en el escaso rendimiento de las actividades agrícolas en Mazarrón durante el Neolítico y Calcolítico.

  Durante la Prehistoria también se explotaron otros recursos: silex, madera y hueso, para la fabricación de herramientas, armas, objetos de adorno u otro tipo de utensilios de uso cotidiano, piedra, para la construcción de estructuras y, desde la Edad del Bronce, el metal, cuyo trabajo es un indicador de una sociedad más compleja, cuyo tejido productivo se ha diversificado (extracción del mineral, transformación del metal) y, por tanto, con un desarrollo tecnológico más complejo. Si bien hay claras evidencias arqueológicas de procesos relacionados con el trabajo del metal, es decir, una metalurgia transformativa, en yacimientos como Punta de Gavilanes o Parazuelos, aunque aún falta por documentar arqueológicamente el proceso de extracción del mineral durante la Edad del Bronce.