La importancia del elemento militar

La muralla constituía un pilar de los poblamientos medievales, junto con el religioso y el cotidiano.

Durante la coexistencia pacífica se desataban episodios de enfrentamiento, en los que se desarrollaban diversas técnicas de combate.

Precisamente tras uno de ellos, la recuperación de Aledo por parte de los almorávides, éstos reforzaron las murallas del núcleo a través de una nueva técnica importada por ellos, la técnica del tapial.

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     'La gran fitna'

     El fin del Califato de Córdoba fue un proceso lento, que comenzó oficialmente con un golpe de Estado acaecido en la capital andalusí en el año 1009. Es la fecha comúnmente aceptada como inicio de la 'fitna' cordobesa o división del Islam hispánico.

     Al derrocamiento del califa Hisam II le sucedió un turbulento periodo en el cual se sucedieron diez gobernantes en poco más de veinte años, hasta que, en 1031, se da por finalizado el Califato. Durante este periodo de confrontación y desintegración, diferentes dirigentes territoriales de Al-Ándalus aprovecharon para ir recabando independencia del Estado cordobés.

     Las Taifas

     Un proceso de división y anarquía, de enfrentamientos intestinos por el poder, que acabó en la constitución de diferentes reinos islámicos, los cuales se reclamaron, de uno u otro modo, herederos de la autoridad califal. Se trata de las llamadas Taifas.

     Tudmir quedó ya a finales de los años veinte del siglo XI entre dos pujantes emiratos proclamados independientes, el de Almería al sur y el de Valencia al norte. En un primer momento, hacia el año 1027, la demarcación tudmirí quedó bajo la órbita de poder del emir almeriense, gracias también al apoyo que obtuvo de uno de los grandes linajes murcianos de la época: los Bannu Jattab.

     No obstante, la caída en desgracia de éstos, poco después, llevó a un destacado miembro de otra de las principales familias tudmiríes a ser proclamado 'rajis' de Murcia. Muhammad ibn Ahmed Ibn Tahir mantuvo su poder cuando en 1038 el emir de Valencia se hizo con el control de Tudmir; y su hijo y sucesor, Abu Abd al-Rahman Ibn Tahir consiguió obtener una autonomía completa cuando el emirato valenciano fue conquistado por el de Toledo, dentro de un panorama general de enfrentamiento entre las Taifas.

     Sin embargo, su poder no se extendía sólidamente por todo el territorio. Lorca, por ejemplo, consiguió desvincularse igualmente del emirato de Valencia en el año 1042 y se constituyó en capital durante un breve espacio de tiempo de un Estado independiente que se extendía por Lorca, Jaén y Baza.

     El dominio sevillano

     Mientras, una taifa iba cobrando cada vez mayor peso en el contexto andalusí. El conocido emir Al-Mutamid de Sevilla ya había heredado un extenso territorio, que consiguió ampliar hasta conseguir dominar en la práctica casi todos los antiguos emiratos independientes del sur hispánico.

     En el año 1078, las tropas sevillanas dirigidas por el visir Ibn Ammar depusieron a Ibn Tahir, acabando realmente con el primer Estado independiente que se había constituido en Murcia (Lorca cayó también en aquel año). Así el sureste de Al-Ándalus pasó a depender del emirato de Sevilla. Pero el clima imperante de intrigas y conflictos internos por el poder en la gran Taifa sevillana fue aprovechado por los reinos cristianos para incrementar la presión sobre los territorios islámicos.

     Entre cristianos y musulmanes: almorávides y castellanos en el sureste

     En el año 1085, Alfonso VI de Castilla tomaba la ciudad de Toledo, antigua capital del reino visigodo, lo que constituyó todo un símbolo de victoria en la época. A pesar de la ayuda que obtenían los andalusíes de sus hermanos norteafricanos, el avance parecía imparable. En 1094, un noble castellano, Rodrigo Díaz de Vivar, 'el Cid', se establecía en Valencia. Poco antes, entre 1088 y 1089, tropas castellanas saqueaban Elche y Orihuela y una partida de ellas, dirigida por García Giménez, conquistaba la estratégica fortaleza de Aledo, que se convirtió en base de operaciones de castigo sobre el territorio musulmán durante varios años (ver vídeo).

     Estos fracasos militares decidieron a los diferentes caudillos andalusíes a pedir ayuda al califa almorávide, que encabezaba una corriente integrista del Islam nacida en el norte de África, a emprender la conquista de Al-Ándalus. Y en el año 1091 incorporaban Tudmir al Imperio magrebí tras desalojar a los castellanos de Aledo (ver vídeo).