Recorrido por su Historia

Durante el Siglo XIX se ve la necesidad de comunicar toda la región con los puertos más importantes y una forma de hacerlo era el ferrocarril. Es en este tiempo cuando se unen los puertos más importantes de España con el interior por medio del ferrocarril y Murcia no es ajena a ello, ya que esto permitirá un gran desarrollo mercantil y de movimiento de viajeros.

La situación de la ciudad de Murcia entre dos puertos tan importantes como Cartagena y Alicante determinan probablemente la sencillez y facilidad con la que se construye la estación definitiva, sin grandes pretensiones por parte de la Compañía M.Z.A. Don José Almazán, ingeniero de la obra, encontró algunos inconvenientes a la hora de escoger el emplazamiento definitivo.

La ciudad de Murcia, de perímetro rectangular, se extendía a lo largo del rio Segura, de Este a Oeste, por lo que se pensaba que el mejor sitio para ubicar la estación sería hacia el medio de los lados mayores del rectángulo. Había, entonces, dos posibles lugares donde ubicarla: al Sur, en las inmediaciones del Convento de San Francisco existiendo el problema de que carecía de espacio para establecer la estación con tranquilidad por que el ferrocarril tendría que atravesar las calles mas concurridas de la ciudad. En el lado Norte, la zona de la Plaza de Santo Domingo, tenía el inconveniente que suponía cortar la circulación de las carreteras que procedían de Orihuela y Madrid.

Se considera el lado Este, pero el recorrido se alargaría demasiado por lo cual el coste de la construcción seria muy alto. Se elije entonces el lado Oeste, situando la estación en el Paseo del Malecón, pero seria difícil superar el desnivel del río. Es entonces cuando se propone construirla en los alrededores del barrio del Carmen. En este lugar, bastante llano y desahogado podrían adquirirse 18 o 20 hectáreas, que eran las necesarias para el establecimiento de las estaciones de mercancías y pasajeros. La salida de la línea en dirección a Cartagena, cruzaría la plazoleta del Canapé que, dada su concurrencia, se debía hacer por medio de un viaducto.