En 1902 Alfonso XII alcanzó la mayoría de edad y su reinado se inició con una crisis de Gobierno; y aunque en Murcia continuaba el práctico monopolio del Partido Conservador ya se empezaban a apreciar los primeros signos de la ideología socialista, sobre todo en algunos ambientes obreros como el de Cartagena. Muy pronto se iniciaron los conflictos laborales, fundamentados en reivindicaciones salariales, los derechos de sindicación del obrero y el logro de la jornada laboral de ocho horas. Todo ello no era más que la repercusión a escala local de un ciclo revolucionario de dimensiones europeas, que en España coincidió con el deterioro del sistema político canovista.

    La Dictadura de Miguel Primo de Rivera (1923 - 1930) fue en general bien recibida en Murcia, donde se logró detener momentáneamente el proceso de deterioro social y económico. El Gobierno del marqués de Alhucemas se caracterizó por un periodo de importante crecimiento: se completó la red viaria; se ampliaron servicios; se generalizó el alumbrado eléctrico; se iniciaron las líneas interurbanas de autobuses; se creó la Confederación Hidrográfica del Segura (1923) y se construyeron los pantanos de Alfonso XIII sobre el Quípar (1923), el de La Cierva (1929) y el de La Fuensanta (1933).

    Pero este paréntesis en el reinado de Alfonso XIII no pudo detener la crisis sociopolítica que lastraba un régimen como el de la Restauración, muy imperfecto. La caída del dictador supuso también el principio del fin de la Monarquía. Tras las elecciones municipales de abril de 1931, Alfonso XIII, consciente de la necesidad de evitar una Guerra Civil, abandonó España por Cartagena en la madrugada del 15 de abril de 1931, horas después de haberse proclamado en Madrid la II República.

    La II República, la Guerra Civil y el Franquismo

    Con la proclamación de la II República, la vida civil adquirió mayor dinamismo debido a la liberalización política y las subsiguientes elecciones (1931, 1933 y 1936). Tanto los partidos políticos como las organizaciones sociales se multiplicaron por la acción de los diferentes sectores de la sociedad española, hasta entonces encorsetada en el turnismo o la dictadura primoriverista.

    En este sentido, el panorama murciano rápidamente se organizó en torno a las dos grandes corrientes. En primer lugar, los partidos de izquierdas (Partido Radical Socialista, Partido Socialista Obrero Español y Partido Comunista, entre otros), partidos centristas de carácter republicano (Partido Radical) o los partidos conservadores (Partido Católico-Social y Acción Popular Murciana, entre otros).

    Como en el resto del país, durante estos años se produjeron esporádicas crisis sociales cuya materialización más palpable se plasmó en los asaltos a conventos e iglesias, como los de San Francisco, Verónicas o Santo Domingo.

    Tras el bienio republicano, en las elecciones de 1933, los partidos conservadores, agrupados en la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), ganaron las elecciones. La respuesta de la izquierda no se hizo esperar potenciando la organización de sindicatos y organizaciones sociales que llegaron a ser importantes en ciudades como Murcia, Cartagena, Yecla, Jumilla y Águilas. De hecho, su efectividad pudo contrastarse en 1934 cuando se proclamó la huelga general en Murcia, con manifestaciones violentas en Cartagena, Lorca, Águilas, Cieza, etc. En Cieza se tuvo que declarar el estado de guerra y en Alguazas hubo varios muertos.

    Las elecciones de 1936, que dieron el triunfo a una coalición de partidos de izquierda denominada Frente Popular, volvieron a ocasionar violentos altercados en toda la Región, especialmente graves en Murcia capital, donde se asaltaron los diarios 'La Verdad' y 'Levante Agrario', con tiroteos entre partidarios del Frente Popular y la recién creada Falange Española. Esta situación preludiaba el enfrentamiento civil que terminó produciéndose abiertamente con el alzamiento de una parte del ejército el 17 de julio del mismo año.

    La sublevación militar fracasó en Murcia, así como en Cartagena y Los Alcázares, que eran importantes sedes militares, de manera que Murcia permaneció del lado de la República. La Región permaneció alejada de los frentes de combate, ya que apenas hubo acciones bélicas, salvo esporádicos bombardeos de los puertos de Cartagena y Águilas. En 1939 se produjo en Cartagena una precipitada sublevación del signo de la del coronel Casado en Madrid. Poco después, en marzo, se ocupaba Murcia y Cartagena.

    La dura posguerra vivida en toda España, con la II Guerra Mundial extendida por casi toda Europa, con un país destrozado que había que reconstruir y con una primera etapa de aislamiento internacional, una vez terminada la guerra con la victoria de los aliados, se dejó sentir en Murcia, que atravesó por unos años difíciles que todavía muchos recuerdan.

    Varios hitos históricos contribuyeron a la lenta recuperación regional: la creación del complejo petroquímico de Escombreras en 1949, que alcanzaría gran auge entre 1970 y 1980, la construcción de nuevos embalses como el Cenajo y Camarillas o la construcción del Trasvase Tajo Segura. En las últimas etapas de la dictadura franquista se inició el desarrollo del Noroeste murciano y la promoción de la construcción de viviendas. La huerta murciana, con los beneficios del trasvase, tuvo su etapa más próspera durante la década de los sesenta (1960-1970). A un tiempo empezó a producirse la espectacular afluencia turística a la costa murciana. Un importante desarrollo social y económico que, sin embargo, no estuvo acompañado de signos de apertura hasta la muerte del general Franco en noviembre de 1975.

    Tras la restauración de la Monarquía y la puesta en marcha de un sistema democrático de libertades plenas en 1977, el 10 de julio de 1982 se publicaba el Real Decreto por el que se creaba la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, al amparo de lo estipulado en la Constitución de 1978.


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FUENTES:

  • NICOLÁS MARÍN, Encarna. "Instituciones murcianas durante el Franquismo (1939 - 1962)". Murcia, 1982.

  • PÉREZ PICAZO, María Teresa. "Oligarquía urbana y campesinado en Murcia (1875 - 1902)". Murcia, 1979.

  • RODRÍGUEZ LLOPIS, Miguel. "Historia de la Región de Murcia". Murcia, 1998.

  • RUIZ ABELLÁN, María del Carmen. "Modernización política y elecciones generales en Murcia durante el reinado de Alfonso XIII". Murcia, 1991.