Trasvase Tajo-Segura

  Manuel Lorenzo Pardo propuso en el Plan Nacional de Obras Hidráulicas de 1933 un trasvase desde las cabeceras de los ríos Tajo y Guadiana a la cuenca del río Segura.

  Ampliación de regadíos

  El Plan de 1933 preveía la ampliación de los regadíos de las provincias del sureste español en 338.000 nuevas hectáreas, con la finalidad de potenciar la riqueza agrícola del Levante.


  El impulsor de la idea del trasvase desde la cuenca del Tajo a la del Segura fue Manuel Lorenzo Pardo (1881-1953). Este ingeniero madrileño de Caminos, Canales y Puertos trabajaba en el Ministerio de Obras Públicas durante el primer bienio de la II República Española (1931-36).

 La vida profesional de Manuel Lorenzo Pardo estuvo ligada a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) durante los años 20. Lorenzo Pardo fue el primer director técnico de esta Confederación. Durante su gestión, Lorenzo Pardo proyectó la creación de un embalse en el nacimiento del río Ebro (Cantabria), con el fin de regular su caudal y evitar inundaciones. Los aragoneses rindieron homenaje a su figura mediante la concesión del título de hijo adoptivo de Zaragoza en 1927 y la colocación de un busto conmemorativo a orillas del Ebro, en la capital maña.

  Manuel Lorenzo Pardo propuso, por primera vez, al ministro Indalecio Prieto (PSOE) la realización del trasvase Tajo-Segura en el año 1933, recogido en el Plan de Mejora y Ampliación de los Riegos del Levante. Este plan pretendía erradicar los desequilibrios hidrográficos entre la España húmeda del Norte y la España seca del Sur, a través de un trasvase de 2.300 hectómetros cúbicos anuales desde las cabeceras del Tajo y el Guadiana al Levante peninsular.

  El Gobierno de la Nación quería potenciar, con este Plan, la riqueza agrícola de las provincias de Albacete, Valencia, Alicante, Murcia y Almería, mediante la puesta en funcionamiento de 338.000 nuevas hectáreas de regadíos.

  La economía española debía basarse, en parte, en la exportación de los productos agrícolas del Sureste. "La cuenca del Segura está prácticamente agotada, y sus enormes posibilidades productivas, en estado latente o potencial, en espera de un caudal nuevo que las actualice y las incorpore a la economía nacional", justificaba Manuel Lorenzo Pardo.

  El trasvase Tajo-Segura fue aprobado en 1933 por las Cortes de la nación, dentro del Plan Nacional de Obras Hidraúlicas. El agua excedentaria del Tajo bajaría desde los embalses de Entrepeñas y Buendía (Guadalajara) hasta el pantano de Alarcón (Cuenca) en el río Júcar. Desde allí, el trasvase continuaría hasta el pantano del Talave (Albacete) en el río Mundo. Durante ese trayecto se realizaría el canal de abastecimiento a los regadíos de la provincia de Albacete. Del Talave, el agua llegaría al valle del río Segura a través del embalse del Cenajo. De la parte final del Trasvase partirían los canales de Alicante, Cartagena, Lorca y Almanzora para asegurar el abastecimiento de agua a los regadíos de las provincias de Alicante, Murcia y Almería.

  El ministro de Obras Públicas, Indalecio Prieto, defendió la necesidad del trasvase Tajo-Segura conforme al proyecto de Manuel Lorenzo Pardo. "Ésta no es obra a realizar en el periodo brevísimo de días, ni de meses; es obra de años, para la cual se necesita la asistencia de quienes hoy gobiernan, de quienes están en la oposición, de quienes sirven al régimen republicano y, oidlo bien, de quienes estén en contra de él, porque quienes por patrocinar el régimen republicano una empresa de esta naturaleza le negaran su asistencia y su auxilio serían, no enemigos del régimen, sino unos miserables traidores a España". La falta de presupusuesto, la crisis económica de España y el estallido de la Guerra Civil (1936-39) impidieron la realización del trasvase Tajo-Segura en los años 30.

  Antonio Gómez-Guillamón Buendía