Juan Palarea

Juan Palarea, 'El Médico', guerrillero murciano, recibió el sable de honor del duque de Wellington por su contribución a la victoria en la batalla de Los Arapiles.


Jaime Alfonso

El bandolero alicantino luchó contra los franceses en el reino de Murcia con una partida de 200 hombres.


"Os digo que España será la primera nación del continente que hará frente a Napoleón con una guerra de guerrillas. Y aunque sus nobles estén envilecidos y su Gobierno sea despreciable, la gente aún tiene sentido del honor, sobriedad y odio a los franceses", declaró el primer ministro británico William Pitt antes de la Guerra de la Independencia, según recoge el periodista Fernando Martínez Laínez en el libro 'Como lobos hambrientos'. La invasión napoleónica de España provocó la sublevación de la nación, aglutinada en guerrillas o partidas ante la imposibilidad de derrotar al ejército francés en campo abierto.

Las partidas o guerrillas proliferaron en todas las regiones españolas y estaban integradas, en su mayoría, por civiles. Sus actuaciones consistían en ataques por sorpresa contra los franceses para apoyar las acciones del ejército aliado mediante la interceptación de los correos, el suministro de información, el requisamiento de armas y víveres y la eliminación de efectivos militares del enemigo. Las guerrillas controlaban las áreas rurales con la complicidad del pueblo español, y reducían el dominio francés a las ciudades ocupadas durante la guerra. Gran Bretaña se encargó de mantener viva la llama de la resistencia con el suministro de dinero, armas, ropa y comida. Los guerrilleros más sobresalientes de la Guerra de la Independencia fueron: el cura Jerónimo Merino, 'El Empecinado' Juan Martín Díez y 'El Charro' Julián Sánchez en Castilla La Vieja, 'El Marquesito' Juan Díaz Porlier en Castilla La Vieja y la Cordillera Cantábrica, 'El Pastor' Gaspar de Jáuregui en las Vascongadas, Francisco Espoz y Mina en Navarra, Francisco Abad 'Chaleco' y 'El Médico' Juan Palarea en Castilla La Nueva y José Romeu en Valencia.

El reino de Murcia aportó a la lucha uno de los guerrilleros más importantes de la contienda bélica. Juan Palarea y Blanes nació el 27 de diciembre de 1780 en el murciano Barrio de San Andrés en el seno de una familia acomodada,  hijo de Antonio Palarea y Juana Blanes, comerciantes de la seda. Palarea realizó sus estudios de Primaria en el colegio franciscano de La Purísima, y desarrolló su formación religiosa en el Seminario de San Fulgencio hasta la pérdida de su vocación. El joven Palarea hizo la carrera de Medicina en Zaragoza, y consiguió una plaza de médico rural en la población de Villaluenga de la Sagra (Toledo) en 1807. 'El Médico' decidió alzarse contra la invasión francesa tras el levantamiento del 2 de mayo de 1808 en Madrid. "He escogido hacer la guerra moral y física contra los franceses. Una, con la pluma, haciendo circular papeles para mantener el entusiasmo nacional y la otra, con las armas, saliendo al Camino Real para matar franceses".

Su primer contacto con la guerra se produjo en la defensa de Madrid en diciembre de 1808. Tras la derrota española, Palarea funda su propia guerrilla, con los 14 de la Fama, en el Castillo del Águila (Toledo). En el año 1809, la partida de 'El Médico' ocasionó seis bajas durante una emboscada entre Casarrubios del Monte y Carranque (Toledo); consiguió el ascenso a comandante de partida y alférez de caballería tras la interceptación de un correo francés en Santa Cruz de Retamar (Toledo), y su guerrilla recibió el nombre de 7ª Partida de Patriotas Voluntarios de Castilla. En el año 1810, Palarea logró el ascenso a teniente coronel con una incursión exitosa en la Casa de Campo de Madrid y la concesión de la Cruz de la Orden de San Fernando, tras la interceptación de un convoy de trigo y el aniquilamiento de la escolta francesa en la ermita de Yuncler (Toledo). En 1811 recibió el mando de los 660 jinetes de los Escuadrones Franco-Numantinos, y alcanzó el ascenso a coronel. En 1812, Palarea colaboró decisivamente en la victoria sobre los franceses en la batalla de Los Arapiles, mediante la interceptación de sus correos. El duque de Wellington regaló su sable de honor, obsequio del Rey Jorge III de Inglaterra, a Juan Palarea por su valiosa actuación en el combate. La victoria de Los Arapiles conllevó el nombramiento de 'El Médico' como gobernador militar de Toledo, y permitió la entrada triunfal del ejército aliado en Madrid. En 1813, el guerrillero fue nombrado jefe del Regimiento de Húsares Numantinos del 4º ejército, y en 1814 colaboró en la victoria aliada en la batalla de Sorauren (Navarra), antes de la retirada definitiva del ejército francés de España y Portugal. En 1815 se casa con María de Soto Díaz.

En Gallegos del Campo junto al general Roselló es derrotado y capturado por el general Bourque. Palarea es enviado a Francia como prisionero aunque logra escapar a Inglaterra, desde donde participa en varios intentos para restablecer el orden democrático hasta que en 1833 regresa nuevamente a España.

En 1835 la reina María Cristina le nombra jefe de las fuerzas de Aragón y mariscal de campo, consiguiendo vencer dos veces al general Cabrera. En 1836 es nombrado capitán general de Valencia y Murcia y posteriormente de Jaén y Granada. En enero de 1839 es destituido del cargo y nombrado senador, aunque nunca ejerció como tal. Tras el levantamiento del 7 de octubre de 1841 Palarea fue acusado de participar en él y es enviado al penal de Cartagena, donde muere el 7 de marzo de 1842 en extrañas circunstancias nunca aclaradas.

Además, en el reino de Murcia colaboró en la guerra de guerrillas con el Escuadrón Volante de Fernando VII. Esta partida estaba integrada por civiles murcianos y su misión era la de interceptar los correos y convoyes entre Castilla La Nueva y Andalucía. El capitán de caballería Miguel Díaz dirigía al Escuadrón, formado por 140 soldados (la mitad a pie y la mitad a caballo). Sus acciones militares más destacadas fueron: en 1810 el ataque al destacamento francés de Puerto Lápice (Ciudad Real); el establecimiento del sistema defensivo de Murcia, ante el ataque del general Horacio Sebastiani a la capital; y la interceptación de los convoyes galos en Villanueva de los Infantes, Valdepeñas (Ciudad Real), Consuegra y Villarrubia (Toledo).

El guerrillero Jaime Alfonso 'El Barbudo' nació en 1783 en Crevillente (Alicante), pero su acción guerrillera se desarrolló en el reino de Murcia. 'El Barbudo' era hijo de Jaime Alfonso Juan y María Antonia Carrillo, de clase humilde. Jaime Alfonso conoció los entresijos de las montañas como pastor del rebaño familiar durante su infancia. Durante su juventud trabajó de guarda en una finca de Catral (Alicante). Jaime Alfonso se convirtió en bandolero en 1806, tras matar de un disparo a un bandido, conocido como 'El Zurdo', por intentar robar la cosecha de uvas en la finca de Catral. 'El Barbudo' encontró refugio en una barraca familiar en Orihuela y luego se echó al monte ante el temor de represalias por parte de la banda de 'El Zurdo' y de la Justicia. El bandolero gozaba del favor popular, porque salteaba a los transeúntes y repartía el botín entre sus hombres y los campesinos. Jaime Alfonso alcanzó notoriedad durante la guerra mediante la formación de una partida de 200 hombres, que destacó por la captura de un destacamento del ejército francés en Orihuela. Esta acción del guerrillero mereció el reconocimiento de las autoridades con su ascenso al grado de sargento primero. Su guerrilla actuaba contra las tropas imperiales en el reino de Murcia desde sus refugios en las sierras de La Pila, El Carche y Abanilla.

Antonio Gómez-Guillamón Buendía