De María Cegarra Salcedo se ha afirmado que decir su nombre es decir La Unión, por la estrecha vinculación que esta mujer tuvo con su tierra natal por la que sentía un especial cariño y admiración.

     María Cegarra Salcedo dedicó su vida a los tres pilares que conformaron su existencia, su familia, su poesía y su profesión, volcándose en cada uno de ellos con total devoción.

     Descubrió el mundo de las fórmulas químicas del que se enamoró profundamente, uniéndolo a su sentir poético, sucumbiendo todo ello a su gran pasión, su familia.

     Ella misma decía que era una mujer de silencios más que de palabras, porque le gustaba dejar reposar cada poema, cada una de las ideas que le atravesaban, sin hacer apenas correcciones.

     Siempre amable, no gustosa de protagonismos, María Cegarra mantuvo una vida cotidiana y vecinal, renunciando a convertirse en un personaje ilustre pero lejano a su tierra.

Fuentes

  • DELGADO, S. (Edic.). Homenaje a María Cegarra. Editora Regional de Murcia. Murcia. 1995.

  • DELGADO, S. A María Cegarra. Homenaje de la docencia murciana.