Fernando Díaz de Mendoza vivió instalado en el éxito profesional hasta el final de sus días. En 1921 volvió a ocupar una plaza en el Conservatorio donde fue nombrado Director de la Escuela de Declamación.

    Durante los días 9, 10 y 11 de abril de 1922 se le tributó un gran homenaje en Madrid a Fernando Díaz de Mendoza y a María Guerrero. El reconocimiento, que fue multitudinario, tuvo carácter internacional porque se recibieron adhesiones de más allá del Atlántico. En primer lugar se celebró una manifestación popular en el Paseo de la Castellana ante la pareja de comediantes, posteriormente se realizó una sesión solemne en la Universidad y más tarde una función de gala en el Teatro Real. El actor murciano recibió la Gran Cruz de Isabel La Católica y fue nombrado Hijo Predilecto de Madrid.

Fallecimiento de la pareja de actores

    El 14 de enero de 1928 mientras se representa la obra ''Doña Diabla'' de Luís Fernández Ardavín, María Guerrero deja entrever unos problemas de salud. Dos días más tarde se ve obligada a abandonar el ensayo de la citada obra e ingresa en un centro hospitalario. El 23 de enero fallece tras un ataque de uremia.

    La pérdida de la actriz agravó el estado de salud de Fernando Díaz de Mendoza, quien además se vio sumido en una importante crisis económica que le obligó a vender el Teatro de la Princesa. En 1930, cuando el actor se encontraba en Vigo, cae enfermo. El 20 de octubre fallece rodeado de sus hijos. Su cuerpo fue inhumado en el Cementerio de la Almudena, junto al de su esposa.

    En agosto de 1933 el Ayuntamiento de Madrid, en reconocimiento al trabajo del actor murciano, dio el nombre de Calle Díaz de Mendoza a la antigua Calle del Pozo.

Abuelo de Fernando Fernán Gómez

    Hace muy poco tiempo otro gran actor español, Fernando Fernán Gómez, reconoció públicamente en sus Memorias ser hijo de Fernando Díaz de Mendoza y Guerrero y, por tanto, nieto del actor aristócrata murciano.

    La madre de Fernán Gómez, Carola Fernández Gómez, era una actriz que trabajaba en la Compañía Guerrero-Díaz de Mendoza, donde conoció al padre de su hijo. Pese al nacimiento del niño, María Guerrero se opuso al matrimonio porque consideraba que una relación entre dos actores de la misma compañía era negativa.