Manuel Avellaneda con Ramón Gaya en la terraza del estudio de Murcia del primero
Manuel Avellaneda con Ramón Gaya en la terraza del estudio de Murcia del primero
Ramón Gaya con Luis Cernuda en Alicante [Ramón Gaya]
Ramón Gaya con Luis Cernuda en Alicante

Ramón Gaya. Murcia, 10 de octubre de 1910 - Valencia, 15 de octubre de 2005

     Ramón Gaya nació en Huerto del Conde (Murcia), en el seno de una familia caracterizada por una vocación a la lectura y la cultura en general. Por ello, no fue un problema dejar el colegio con tan sólo diez años y dedicarse por entero a la pintura, siguiendo el consejo de los pintores murcianos Pedro Flores y Luis Garay. Entra en el mundo del arte con una exposición colectiva regional, organizada por el Círculo de Bellas Artes de Murcia, cuando contaba con diez años de edad.

Relación con la cultura y el arte

     Tuvo sus primeros contactos con el arte moderno a través de algunos pintores ingleses que traían reproducciones de lo que se hacía en París en aquel momento, como la obra de Picasso, Braque y Matisse.

     En 1926 llega a Murcia el poeta Jorge Guillén, que funda con Juan Guerrero Ruiz la revista Verso y Prosa, en la que participarían muchos escritores de la llamada 'Generación del 27' como Lorca, Alberti, Aleixandre, Altolaguirre o Cernuda, entre otros, además del propio Gaya, quien colaboró con ilustraciones y escritos.

     Dos años después, viaja por primera vez a París con una beca del Ayuntamiento de Murcia, y expone en una de las galerías más importantes del momento: Les Quatre Chemins, junto a Pedro Flores, Luis Garay y Darsic Japp. Toda su ilusión por conocer de cerca la obra de los vanguardistas del momento se convirtió en una tremenda decepción al tenerla delante. Su mirada se volvió entonces al Museo de El Prado, donde se encontraban Tiziano, Rembrandt, Velázquez o Rubens, los que son sus referencias pictóricas y maestros desde entonces.

Compromiso y Guerra Civil

     Cuando murió su madre, en 1933, Gaya regresó a Madrid y colaboró en el proyecto de instrucción popular conocido como Museo del Pueblo o Museo Circulante, dentro de las Misiones Pedagógicas. Fue una de las iniciativas socio-culturales de mayor trascendencia del nuevo gobierno, con las que recorrió España junto a Rafael Dieste, Luis Cernuda y Antonio Sánchez Barbudo, para llevar el arte hasta los pueblos más lejanos de la geografía nacional. Su contribución consistió en hacer las copias de La Infanta Margarita (Velázquez), Jacob (Rivera) y Los fusilamientos del dos de mayo (Goya).

     La Guerra Civil fue uno de los acontecimientos más dramáticos a los que tuvo que enfrentarse. Desde el primer momento, se puso al servicio de la República, y participó en la mítica revista valenciana Hora de España como único viñetista, en la que escribieron Antonio Machado, María Zambrano, Bergamín o Luis Cernuda.

     En plena contienda obtiene el primer premio de pintura en los Concursos Nacionales con la obra Espanto. Bombardeo en Almería, que expondría más tarde en la capital francesa junto a Palabras a los muertos en el pabellón español de la Exposición Internacional de París.

Exilio

     Pero el desenlace de la guerra supuso un duro golpe, ya que además de la derrota del bando republicano, sufrió la muerte de su mujer en un bombardeo, cuando se encontraban en Figueras a punto de coger un tren para salir del país. Tras pasar por un campo de concentración francés, consiguió llegar a México, donde permaneció 17 años exiliado.

     En tierras mexicanas aumenta su producción artística de forma importante al mismo tiempo que sus aportaciones literarias y poéticas. Lejos de Europa y del mundo de los museos, realiza la mayor parte de sus homenajes a maestros como Tiziano, Picasso, Velázquez, Van Gogh, Cézanne o Rembrandt.

     En 1956 se afincó en Roma, donde compartió inquietudes con sus colegas María Zambrano, el escultor Giacomo Manzú o la escritora Elena Crocce.

Regreso a España y Galardones

     A partir de 1960 Ramón Gaya comienza a prolongar cada vez más sus estancias temporales en España, hasta que en 1974 se instala definitivamente en Valencia y conoce a la que será su segunda mujer, Isabel Verdejo.

     Los años siguientes fueron intensos de trabajo, pues además de seguir pintando, publica dos de sus libros más importantes: El sentimiento de la pintura (1960) y Velázquez, pájaro solitario (1969). A partir de entonces se suceden las galerías a nivel nacional que ofrecen exposiciones antológicas del pintor murciano, destacando la del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, con motivo de la concesión del Premio Velázquez 2002.

     Otros galardones concedidos a Gaya son, por ejemplo, el Premio Nacional de Artes Plásticas, concedido en 1997, la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes madrileño, y el nombramiento en 1999 de Ramón Gaya como Doctor Honoris Causa de la Universidad de Murcia. Además, en 1980 se inaugura el Museo Ramón Gaya en Murcia, y es nombrado Hijo Predilecto de la ciudad.

     El 15 de octubre de 2005, a los 95 años, fallece Ramón Gaya, en su domicilio de Valencia.