Antes del inicio de la Guerra Civil, la actividad periodística en los municipios del Mar Menor fue muy escasa. A principios del siglo XX, la comarca presentaba una de las tasas de analfabetismo más altas de todo el sureste español, lo que reducía considerablemente el número de lectores potenciales.

    Esta circunstancia era un fiel reflejo de la situación económica de la época. A mediados de la década de 1920, casi un 90% de la población se dedicaba a la agricultura como única opción para subsistir, mientras que el porcentaje de población que trabajaba en la industria era mínimo. El boom turístico que impulsó la economía comarcal no se produjo hasta mediados de la década de 1960. La complicada situación económica y social que atravesaba la zona derivó en que el primer periódico que se publicó en los municipios del Mar Menor (a excepción del manuscrito La Maraña que no fue redactado por ciudadanos de la comarca) lo hiciera en 1927. Así pues, esta comarca fue la última de la región en contar con prensa escrita.

    En San Pedro del Pinatar no se publicó ningún periódico, en Los Alcázares y en Torre Pacheco, sólo uno (en este municipio, una curiosa publicación cultural manuscrita que se distribuyó en la pedanía de Balsicas), mientras que en San Javier, solamente aparecieron dos. Esta última población fue la única en la que se editaron publicaciones vinculadas a movimientos políticos o sociales. Tal situación no ha de extrañar, pues en la comarca del Mar Menor el movimiento obrero tuvo muy poca incidencia. Por otra parte, la alta tasa de analfabetismo desaconsejaba cualquier esfuerzo por sacar a la luz un periódico vinculado a un partido político.

    La primera publicación conocida de la comarca fue una revista cultural manuscrita realizada durante el verano de 1890 por murcianos que pasaban sus vacaciones en Balsicas. La revista se llamó La Maraña, nombre de un paraje de la localidad, en el que probablemente residieran sus autores.

Colás, el único periódico de Los Alcázares

    Hay que esperar hasta bien entrado el siglo XX para conocer noticias sobre la existencia de otras publicaciones en la comarca. El 10 de mayo de 1930 se editó en Los Alcázares el primer número de Colás, un semanario festivo que en su presentación afirmaba que “nuestro objetivo es luchar con desinterés y sin el más tenue colorido político por la prosperidad del país (somos amigos del país); abordar si la importancia del caso lo requiere algunos problemas de interés social, pero sobre todo combatir con las ametralladoras de la sátira, a ese animalillo de lengua larga y moño grande conocido vulgarmente con el nombre de Comadre... viene a la luz pública esta hoja volandera, hija de nuestro esfuerzo, para poner en la vida local un gesto amplio de compresión y buen humor”.

    El semanario era de pequeño tamaño. Se componía de 10 páginas en las que combinaba contenidos divulgativos y satíricos. Nunca habló de política, y rara vez lo hizo de asuntos serios. Las páginas 2, 9 y 10 las dedicaba a la inserción de anuncios publicitarios. El cuarto y último número fue un monográfico dedicado a su propia desaparición. Todos los artículos de este número estaban rodeados por una orla negra.

    Colás tuvo una escasa aceptación entre los vecinos, lo que provocó su cierre tras el número de 31 de mayo, con el consiguiente disgusto de su redacción.“Creíamos viable la organización de estas hojas que podían elevar el nivel cultural de una población en embrión… Hicimos este periódico que nos ha costado dinero y disgustos, algunos de estos últimos bastante graves, pero hemos comprendido que estamos en un pueblo, y de un pueblo, señor…”.

Juan Antonio Garre