Procesión jumillana [Jumilla 30]
Procesión jumillana
Iglesia de Santiago [Jumilla 30]
Iglesia de Santiago

    Las procesiones de Jumilla ya eran famosas en los años treinta por su esplendor y suntuosidad y no "una fiesta vulgar como se celebra en otros pueblos", según comentaban los periodistas en 1931. Ese año los pasos iban adornados con flores, iluminación eléctrica, alhajas, etc. e iban acompañados de las bandas de música de Fuente la Higuera, Caudete, Torrente, Cullera y la municipal. Los gastos corrían por cuenta del ayuntamiento.

    Las romerías no se quedaban atrás teniendo una participación multitudinaria, en 1932, la del traslado del Cristo de la Columna, desde la parroquia de Santiago a Santa Ana. Como siempre, se realizaba una parada en El Prado, ante un altar portátil que tradicionalmente construía Pascual Gutiérrez. En esa parada se repartía pan y chorizos entre los necesitados.

    Las procesiones de 1932, 1933 y 1934 fueron organizadas por la recién creada Asociación Mercantil e Industrial que además contrató varias bandas de música y organizó concursos de escaparates, corridas de toros, para terminar con unos Juegos Florales el domingo de Resurrección. Las procesiones tenían lugar jueves y viernes, dejando para el sábado el desfile de tropas romanas. El domingo desfilarían cientos de niños con palmas y ramos de olivo y laurel. La calle Cánovas aparecía adornada con los "clásicos arcos de mantones de Manila, pañuelos antiguos y cobertores".

    En 1934 la comisión de Semana Santa la dirigía Atanasio Sánchez Pérez. Destacaron los pasos de la Oración del Huerto, fundado por Miguel Gómez; La Dolorosa; San Juan y Cristo de la Columna, Jesús Prendido, Jesús Nazareno, La Soledad, La Caída... Ese año, las dos procesiones previstas para el miércoles no salieron por la lluvia, contando la del viernes con 500 nazarenos. Como curiosidad, reseñar que los costaleros cobraban por portar el paso.

    Ese año de 1934 la romería del Cristo era acompañada por 4.000 personas y se celebraba una verbena la víspera, en El Prado. La Hermandad la presidía el Barón del Solar de Espinosa, destacando las cofrades Cándida Salinas de Lencina y Francisca Jiménez Falcó.

    Al año siguiente las procesiones sufrirán unos fuertes ventisqueros y un tiempo muy desapacible. No obstante, alguna consiguió salir a la calle, acompañada de las bandas de Beniaján y Pinoso.

    Otro aspecto religioso a destacar en estos años de la República sería la aportación de 9.000 pesetas de Gobernación para restaurar la iglesia de Santiago. Casi al mismo tiempo, el obispo Miguel de los Santos visitaba Jumilla, saliendo a recibirle, a la entrada de la población, el alcalde y cuarenta coches. Ya en las calles, destacaron los balcones engalanados. Durante cuatro días el obispo visitó Fuente del Pino, Santa Ana, La Alquería y El Salvador, confirmando a 1.100 personas.

    Según la prensa, ese año de 1935 "la romería del Cristo se superó a sí misma, con miles de personas, parada en el altar del Prado, reventó de alimentos, pólvora, algarabía y cientos de hogueras con gazpachos y paellas". Durante el periodo de guerra desaparecerían las manifestaciones de tipo religioso.