Iluminación

En diciembre de 1858  el Ayuntamiento  convocaba pública subasta, para cubrir el alumbrado de esta localidad, por un importe de 1.500 reales. En octubre de 1868  Antonio Sánchez Campica fue contratado como sereno, pero sólo ocho meses más tarde falleció, siendo sustituido por Joaquín López Pérez a quien se pagaba un sueldo de 5 escudos. Tanto en 1869 como en 1870 encontramos una serie de personajes vinculados con la iluminación entre quienes cabe mencionar a Pascual Bloix y Juan Reinal por sus trabajos de hojalateros-reparadores de farolas y  a Pascual Ruiz, subastero de petróleo que cobraba 30,7 escudos trimestrales. Para 1880 el presupuesto anual del alumbrado era de 500 pesetas, montante al que había que añadirle 200 pesetas en concepto de conservación de faroles y otras  200 pesetas más para el salario anual del sereno.

Al iniciarse el año de 1892 se dan los primeros pasos para el cambio de iluminación, del petróleo a la electricidad. El comerciante de la villa, Manuel Elvira Pérez, solicitó establecer el nuevo sistema a partir de la fuerza motriz que él iba a contratar con la fábrica San Rafael, ubicada en las afueras de Blanca. Su propuesta contemplaba un contrato de 20 años y 4.000 pesetas anuales pagaderas a trimestres vencidos; a cambio se comprometía a instalar y mantener 60 lámparas de 16 bujías y una  extra para el reloj. Considerando las deficiencias del alumbrado de petróleo, de poca y triste luz con apagones a partir de las dos horas de encendido, el ayuntamiento  aceptó el proyecto. La decisión tuvo lugar el 10 de febrero de 1892. 

El presupuesto que se aprueba para el año económico de 1892-93  ya contemplaba que el primer trimestre sería por petróleo, con un gasto de 187,50 pesetas, pero a partir de octubre se consumiría electricidad cuyo costo se calculaba en 2.290 pesetas. Hasta ahí las previsiones del ayuntamiento, las del contratista debieron estar peor calculadas de modo  que desde el comienzo no debió irle bien el negocio ya que en junio de 1893 fue sustituido por José Hernández Blanco. Se aumentaron las lámparas de 60 a 91. El alumbrado luciría de crepúsculo a la amanecida, todas las noches desde octubre hasta abril. El resto de los meses se reduciría a la mitad a partir de la una de la madrugada. En diciembre de 1896 el arrendatario, José Hernández, traspasaba el servicio a Purificación Fernández que, en mayo de 1900, otorgaba poderes de representación a su marido Antonio Molina Candel. 

"La fábrica de electricidad"

La fábrica de electricidad de Purificación Fernández era conocida como San Rafael y, en mayo de 1909, la Compañía anónima de Industria y Comercio, que se había hecho con ella, solicitaba su unificación con la del Menjú (Cieza), en Abarán.

Esta a su vez pasaría a manos de Joaquín Payá, de Eléctrica del Segura, empresa que realizó obras en Blanca en abril de 1910 y contrató la iluminación de la población, "sin la formalidad" de la subasta, en octubre de ese mismo año, por 3.500 pesetas anuales. En 1916 hallamos como encargado de la nueva compañía a Pascual Laveda Miñano, siendo el presupuesto de estos años de 3.550 a 3.650 pesetas.

Deseando mejorar  la iluminación vial, el ayuntamiento acordó en abril de 1919 sufragar los gastos de instalación de luces que los vecinos habrían de sacar a la vía pública costeando el gasto de fluido.

En 1928 el alumbrado eléctrico era de 3.500 pesetas, si bien el material y el alumbrado supletorio incrementaban el gasto a 4.100 pesetas. Para terminar, sabemos que  a mediados de la década de los treinta se amplió considerablemente el alumbrado y fue Jerónimo Candel quien suministró las lámparas.