Iluminación

Albudeite

En 1922 se instruía el primer expediente de cara a instalar el alumbrado en las calles de Albudeite, siendo alcalde Juan Cortés González.

En septiembre ya se convocaba subasta para 29 lámparas de 16 bujías mediante un contrato de 15 años de duración a razón de 1.000 pesetas anuales.

En realidad la propuesta había sido obra del concejal Cosme Cortés Vicente quien, a instancias de la sociedad Molinos del Segura, de Archena, con fábrica en el río Muerto.

Los socios de la citada empresa en la zona eran Salvador Zoilo García Peñalver, con residencia en Albudeite; Juan Valverde Menárguez y Jesús García Peñalver, vecinos de Campos del Río.

Primeros pasos

La inauguración se celebró en mayo de 1923 con 26 lámparas de 16 bujías que iluminaron las calles de la población. Esta instalación costó sólo 394 pesetas. Un año después se aumentaron a 41 las lámparas pero se disminuyeron las bujías a 10. El horario acordado fue "de la puesta a la salida del sol". El cobrador-concesionario del alumbrado fue Salvador Zoilo García Peñalver, en tanto que el proveedor del material fue Electra de Murcia, Joaquín Ballesta y la viuda de J. García Alcaraz.

Aunque la iluminación de las calles era del gusto de la mayoría, siempre y en todas partes tuvo su pequeña oposición, prueba de ello es que sólo cinco meses después de la inauguración ya hubo que comprar lámparas nuevas.

Los años 1926 y 1927 fueron testigos de una agria polémica, por cuestión de precios, entre los vecinos y la empresa proveedora. Molinos del Segura cobraba a los particulares a 0,60 céntimos el kv en Archena mientras que en Albudeite cobraba 1 peseta y pretendía aumentar la cuota a 1,25 pesetas, exigiendo, además un consumo mínimo mensual de 5 pesetas. Así las cosas, la comisión de policía urbana realizó un informe acercando posturas. El acuerdo terminó por llegar y la empresa continuó suministrando el alumbrado durante toda la década siguiente.

Campos del   Río

De escasa población  y menos recursos económicos, permanece sin alumbrado hasta muy tarde. La primera noticia data de enero de 1875 fecha en la que se acuerda iluminar  la Casa Consistorial, la Iglesia y algunos otros puntos concretos del pueblo, durante tres días de febrero, en honor del rey Alfonso XII.  Del costo y trabajo del encendido se encargó a Pedro Pedreño.

  La iluminación por petróleo no llegó a ser conocida en las calles de Campos. Cuando disfrutaron de luz nocturna fue gracias a la electricidad, tal como  sucedió en Albudeite o Aledo.

En 1924 la empresa archenera Molinos del Segura instaló el alumbrado eléctrico aprovechando  una red que construía con destino a los Baños y a la Puebla de Mula. Pero sería en octubre de 1926 cuando, en representación de la empresa, Jesús García Peñalver solicitase la legalización de la instalación. El alcalde, José Garrido Buendía, no se opuso, pero aprovechó la circunstancia para quejarse del precio de las lámparas por parecerle abusivo en relación a lo que la misma empresa cobraba en Archena (60 céntimos), iniciándose la misma discusión que en Albudeite, tal como acabamos de ver.

Todavía en febrero de 1927 andaba el ayuntamiento realizando informes relativos a la legalización de la red de distribución y de los precios (estos  eran de 85 céntimos la hora y 2,56 pesetas una lámpara fija de 10 bujías). Y sin embargo, pocos años después (14 de abril de 1931)  ya se encontraba en mal estado la avenida de Perea. De hecho, para  septiembre de 1933  hubo que  reponer todo el alumbrado, a cuyo efecto se compraron 100 lámparas, en Madrid, por un importe total de 140 pesetas. La zona del Maraón vio la luz eléctrica en plena Guerra Civil.