Santa María de la Arrixaca

Se barajan al menos dos teorías con respecto al origen de Santa María de la Arrixaca. Una se asienta en la existencia de un barrio cercado, situado extramuros de la Murcia islámica, conocido como Arrixaca que coincidiría con los actuales San Antolín, San Andrés y San Miguel.  Esta hipótesis se vería apoyada por la posible presencia de una iglesia en la que se hallaba ¿la Reina sin par dentro de la Arrixaca... a la que acudían genoveses, pisanos y sicilianos¿;  (contrapuesta a esta teoría se halla otra que defiende fueron los Templarios quienes construyeron la primera iglesia cristiana en la ciudad, según Hermosino Parrilla en 1735).  La otra teoría afirma que fue traída por el rey sabio.  En cualquier caso, Alfonso X le dedica la Cantiga 169, escrita después de 1270 y está claro que la Arrixaca está ligada a la ciudad, al menos, desde mediados del siglo XIII, aunque la Mezquita mayor fue consagrada por Jaime I como templo cristiano en febrero de 1266, bajo la advocación de Santa María de Gracia y no de la Arrixaca.

Aunque semánticamente hay varias versiones sobre el vocablo Arrixaca, en origen parece que viene de al-Rasqa y significaría elegancia, distinción, o bien arrabal murado, adjetivos dados al mencionado barrio que se hallaba extramuros de la ciudad.  La pequeña iglesia de la Arrixaca fue cuidada por el municipio hasta 1514, momento en que se ocuparon de ella la Orden de los Agustinos (existiendo desde 1489 una Cofradía dedicada).  En 1545 la zona sufrió una terrible inundación que destruyó unas cuatrocientas casas.

No está claro el momento en que la imagen de la Arrixaca fue sacada en rogativa propiciatoria de lluvias.  En 1619 se recurría a la Virgen de los Remedios existiendo constancia de que en 1623, es decir, cuatro años más tarde, ya era la de la Arrixaca la que era llevada a la catedral en procesión de rogativas.  En 1628 el ayuntamiento agradecía su intercesión financiando una capilla, andas y tabernáculo para la imagen por valor de 50.000 reales.  A partir de esta fecha es frecuente hallar referencias a las rogativas.   Tanto nobles como el Marqués de Corvera en 1630, como el pueblo, en 1648, le harían nuevas ofrendas y regalos.  Pero años después, algunas fricciones entre agustinos, Cabildo y Concejo impidieron las rogativas a la Arrixaca en 1694, así es que el 15 de enero se dio orden de traer a la ciudad a la Virgen de la Fuensanta. El resultado de la rogativa fue que no solo llovió a mares sino que incluso nevó.  Y poco a poco, en un proceso que duró hasta 1731, la nueva advocación fue desplazando a la anterior sin que existiera ningún documento del cambio de patronazgo de la Arrixaca por la Fuensanta.  Pese a dejar de ser patrona, siguió siendo venerada en la Era Alta y Aljucer.

La Arrixaca fue llevada al nuevo templo de San Agustín, luego San Andrés, iniciado en 1749 y recibió culto hasta 1835.  Una vez demolido el convento en 1846 para construir una plaza de toros, el Marqués de Corvera mantuvo el culto de su capilla hasta 1875, pero a partir de 1882 acaba cayendo en el olvido.    Posteriormente, sólo dos eventos la recuperaron. El primero fue un intento de robo que se produjo en 1909 y el otro la conmemoración del VII Centenario de la conquista de la ciudad en 1943.  Entretanto, desde 1884 funcionaba casi en el anonimato una Hermandad de Devotos de Santa María de la Arrixaca, creada por Javier Fuentes y Ponte.