Tradicionalmente las fiestas se celebraban en honor a la Virgen del Rosario aunque en 1973 se cambiaron por la festividad dedicada al apóstol Santiago. El Ayuntamiento asumió la organización y patrocinio de estas fiestas mayores que habían nacido de la voluntad y el esfuerzo popular, en 1929; hasta entonces habían sido preparadas y costeadas por la gente. Su carácter religioso se tornó en civil durante la Guerra y volvieron a instituirse como fiestas patronales en 1939.

Las primeras noticias sobre su existencia datan de 1899 cuando el periódico Heraldo de Murcia se hizo eco de ellas. Ese año se celebraron los días 30 de septiembre y 1 de octubre y su programa fue el siguiente:

  • Diana con banda de música, cohetes y morteros.

  • Corrida de novillos en la plaza pública.

  • Velada en la plaza mayor  con música.

  • Función de iglesia a orquesta y voces , procesión.

  • Salve, velada y fuegos artificiales.

También en 1902 la prensa volvió a comentar las fiestas patronales de Lorquí, pero esta vez se ocupó el Correo de Levante. Los organizadores fueron Gregorio García y Antonio Alcaraz que durante los días 11 y 12 de octubre desarrollaron el siguiente programa:

  • Repique de campañas, tronadas y voladores;  Charamita.

  • Banda de música de Santomera dirigida por Juán Andújar.

  • Distracciones públicas con 'El Juguete La Sartén Mágica'.

  • Salve en la Iglesia. Fuegos artificiales.

  • Función de teatro a cargo de la compañía dramática dirigida por Juan Manuel Fernández y Consuelo López.

  • Distracciones públicas con 'El juguete de La Fuente Milagrosa'.

  • Procesión de la imagen de Nuestra Señora del Rosario. El trono ha sido construido por Manuel Carrillo.

  • Velada Musical.Castillo de fuegos artificiales'.  

Como decíamos líneas atrás, fue a partir de 1929 cuando el ayuntamiento, con su Alcalde al frente, deciden aportar 1.000 pesetas para las fiestas de cada 1 de octubre. También ese año se coronó a la patrona. Después, tras varios años de celebración hubo un lapso temporal en el que se suspendieron y no fueron retomadas hasta 1939, ocasión en la que se abrieron con el correspondiente novenario que dio comienzo el 29 de septiembre. Los actos religiosos estuvieron presididos por el antiguo párroco, Tomás Gil López, y se adornaron con la actuación del coro local. En cuanto a los festejos cívicos, tuvieron lugar los días 6, 7 y 8 de octubre y contaron en su programación con: la actuación de la banda de música de Archena, una carrera de cintas, las pedestres, ciclistas y un partido de fútbol entre el Lorquí F.C. y una selección de toda la Región. Por supuesto, no faltaron las tracas y los cohetes.

Al año siguiente, en 1945, se organizaron por primera vez en julio unos pequeños festejos en honor a Santiago Apostol, lo que no impidió la tradicional celebración de las fiestas del Rosario en octubre. Sin  embargo, poco a poco el apóstol fue ganando terreno de modo que diez años después, en 1955, su festividad había logrado tal popularidad que resultaba fácil adivinar el futuro cambio que se avecinaba. Poco a poco se fueron introduciendo en la programación nuevos espectáculos y divertimentos como el tiro al plato (1956), el teatro guiñol (1959), un espectáculo cómico-taurino de gran aceptación (1964), desfile de carrozas, actuaciones de conjuntos musicales o la elección de reina (Dolores Carbonell (a) Lola del Púas fue la primera) y, finalmente en febrero de 1973, se decidió trasladar las fiestas mayores de octubre a julio, es decir, de la Virgen del Rosario, a Santiago apóstol. En realidad es evidente que no fue una preferencia religiosa sino climática y laboral. En octubre la temperatura ha refrescado, las tardes son más cortas y parte de la población está ocupada en la vendimia.