Durante el viaje, en el que estudian la enseñanza escolar en Francia, Bélgica, Alemania, Suiza e Italia, Martínez Muñoz y Martí Alpera observan la situación de cada lugar, y destacan lo más novedoso para su experiencia personal. La escuela unitaria española, además de pobre económicamente, aún lo era más por su concepción ideológica. Encuentran en Europa que los colegios disponen de laboratorios, comedores, patios, gimnasios, invernaderos, roperos, etc. Pero más importante aún son los factores educativos novedosos como en Francia, donde descubren la recepción del alumnado en los patios, la rapidez del cálculo mental de los alumnos, el trabajo manual en los talleres, las retribuciones de los maestros, la formación de los mismos, la educación de adultos, el cuaderno de clase, etc.

En Bélgica les llama la atención el sistema de pizarras, los talleres de cartonaje, de madera y de corte y confección; también la estética de los pasillos, el invernadero, los tipos de patios (uno para el verano y otro para el invierno), y la toma de medicinas en las escuelas. Otro aspecto que les resulta novedoso es la existencia de buzones en las clases para avisar a los padres de las ausencias de sus hijos. De Suiza señalan que las Escuelas de niños “anormales” están anejas a las escuelas normales. También el hecho de que apenas faltan los niños a clase, la abundancia de excursiones, viajes y paseos de maestro y alumnos. En Italia asisten a un centro que se dedica a hacer cursos para maestros, divididos en siete grupos: trabajos froebelianos, trabajos en cartón, recortado geométrico, plástica, trabajos en alambre y trabajos en madera. En Alemania observan como los alumnos transportan sus libros y libretas en mochilas y cómo en un mismo centro conviven clases de niños y clases de niñas. 

En  Suiza descubren la no separación de niños y niñas y la organización en tres grupos de aprendizaje. En la zona rural comprueban como los momentos de más trabajo agrícola se aprovecha para dar vacaciones. También destacan el cuidado del huerto escolar.

De las Heras señala que “ambos maestros eran auténticos profesionales de la educación, volcados en su trabajo, y tenían un importante bagaje intelectual y cultural, y una gran capacidad para descubrir nuevos conocimientos y técnicas importantes para recopilar, organizar, observar y comparar”.

Tras el viaje, ambos docentes escriben su propuesta: “Una Escuela moderna, gradual, amplia e higiénica, que no solo infunda al niño amor por el estudio, sino que brindándole aire, espacio y ejercicio, lo proteja contra las enfermedades”. Para ellos, Enseñanza significa “acción instructiva, un trabajo de cultivo psicofísico, suponiendo ante todo una educación integral; una buena enseñanza primaria con espíritu creador y activo que desarrolle en el niño las nacientes facultades de su inteligencia”.