El Río Segura ha sido el eje vertebral para el desarrollo y la vida de muchas poblaciones ribereñas a lo largo de la historia pero al mismo tiempo también ha constituido una barrera entre las gentes de una y otra ribera. Para salvar este obstáculo se construyeron muchos pequeños muelles para barcas y numerosos puentes, sin embargo, gran parte permanecen hoy día ignorados por la escasez de documentos sobre ellos, al menos hasta llegar a una época relativamente reciente en la que el rastreo de noticias y datos resulta más fácil.

Sobre la navegabilidad del río sólo conocemos el caso del transporte de madera que se realizó durante unos años, a finales del siglo XVIII. El Arsenal de Cartagena necesitaba madera y se consideró que la vía más rápida sería la fluvial pero hubo que preparar el cauce barrenándolo. El proyecto fue de Manuel Bernia y ese ahondamiento del lecho se realizó desde Las Casicas de La Toba hasta el puente de Las Ovejas (Javalí Viejo). Los trabajos requirieron en 1785 la contratación de 80 hombres y los gastos llegaron a cerca de 41.400 reales. Como el curso fluvial estaba interrumpido por muchas pequeñas presas, también hubo que obligar a los propietarios a la apertura de portillos de paso. Los portes  se estuvieron realizando hasta mayo de 1793 y la bajada de cada pinada costaba 8 meses y 10 días (Pérez-Crespo:1992:127).