Escudo de la portada del Huerto de las Bombas
Escudo de la portada del Huerto de las Bombas
Mural de la Portada del Huerto de las Bombas (Antonio Yelo)
Mural de la Portada del Huerto de las Bombas (Antonio Yelo)


     El Huerto de las Bombas formó parte del paisaje de la carretera de Espinardo hasta bien entrado el siglo XX durante el que fue absorbido por el crecimiento de la ciudad. Cuenta Martínez Tornel que en la década de 1880 "el huerto era principalmente de naranjos. Entre ellos se esconde la casa y la fuente frente a la casa poblada de bullidoras legiones de peces de colores. Sobre los naranjos elevan conos de verdura melancólicos cipreses y desde los terrados de las casas y a partir del pequeño paraíso de las 80 tahullas que forman ese huerto se desarrolla al norte la triste perspectiva de áridos montes y amarillentos campos de secano".

     El paso del tiempo fue deteriorando la casa que, a principios del siglo XX, se encontraba en estado ruinoso. En la década de 1930, su propietario se había desentendido de ella y la había alquilado, junto con el huerto, a otra persona, quién a su vez la había realquilado a varias familias de jornaleros pobres que se hacinaban entre sus paredes.

El huerto se convierte en ciudad

     En los años cincuenta, la administración adquirió una parte del huerto para construir en ella el edificio de la Escuela de Trabajo, que más adelante serviría de sede a la Escuela de Maestría, posteriormente al Instituto Politécnico y en la actualidad al IES 'Miguel de Cervantes'. Poco a poco, el paisaje urbano se fue apoderando de aquel lugar hasta que la casa fue demolida, aunque, con buen criterio, se salvó la portada.

     En febrero de 1973, el Ayuntamiento de Murcia adquirió la propiedad de los terrenos y de las instalaciones de la Feria Internacional de la Conserva y de la Alimentación (F.I.C.A.) para la construcción de un parque público. Uno de los primeros proyectos era sustituir la portada de acceso por la portada de la casa del Huerto de las Bombas con el fin de conservar este vestigio arquitectónico. Por esas mismas fechas, se dio luz verde a la construcción del Parque del Malecón donde finalmente fue instalada la portada, inconfundible por su estilo barroco, sus columnas salomónicas y sus esculturas de piedra.