El MAM Restaura

Aunque la andadura de este museo ha sido larga, sólo ha tenido unas instalaciones modernas, con personal especializado en materia de restauración desde hace 10 años. Con motivo de la reforma del edificio se planteó la necesidad, en un museo de su importancia, de tener un taller de Restauración. Con la ampliación del espacio disponible se pudo ubicar finalmente en la segunda planta del edificio.

El restaurador, es de por si una figura clave en el funcionamiento de los museos, y se debe reivindicar la figura de esta profesión, pues aunque debería haber un profesional especializado en cada museo, la realidad dista mucho del ideal.

Entrando ya en sus competencias, existen dos tareas primordiales que realiza: la conservación preventiva por un lado, con la que buscamos detener el deterioro de los bienes culturales, al intervenir sobre los materiales que los componen y los factores externo (edificio, temperatura, humedad relativa). Por otra, la intervención directa con la que se restituye la pieza para hacerla reconocible o legible por parte del espectador, e incluso a veces para el propio investigador, siempre siguiendo el código deontológico.

Las piezas se restauran por diversos motivos, principalmente que los materiales se conserven mejor, pues es nuestro deber preservarlas lo mejor posible para futuras generaciones. En segundo lugar, para su exhibición en alguna exposición, temporal o permanente, o por motivos de investigación. Hay veces que los objetos están tan deteriorados que la propia labor de investigación se hace muy dificultosas y, en ese momento, la figura del restaurador puede suponer una gran ayuda.

Para poder trabajar adecuadamente con las piezas el taller cuenta con sistema s de control de la humedad relativa y la temperatura: estufa para secar vidrio y cerámica; desecación al vacío; extractor de gases portátil de extracción directa etc. Además habría que sumarles los utilices fungibles específicos para los tratamientos de las piezas.

Existe una dificultad propia de los laboratorios de restauración arqueológicos: la problemática de los materiales. La diversidad de objetos que se trabajan en ellos es muy amplia: cerámica, vidrio, metal, piedra, monedas, material orgánico, hueso, sílex, etc. Todos los cuales se han tratado durante estos diez años, por lo que es obvio darnos cuentan de su complejidad. Es un trabajo casi individualizado para cada pieza y una labor de documentación considerable en materiales y técnicas.

Primero se fotografía la pieza, se analiza y se investiga sobre ella, tanto física como químicamente, considerando los diferentes proceso que se van a realizar sobre ella. Acto seguido se trata la pieza, se documenta los tratamientos, se le hacen las fotos finales, se envuelve y se guarda en su ubicación definitiva. Todo este proceso trata al objeto con sumo cuidado, tanto por su importancia histórica como para asegurar su conservación.

Los trabajos del taller incluye las piezas de nuevas incorporaciones a los fondos del museo, bien procedentes de las últimas excavaciones como las entregas de particulares, como la revisión de los objetos que ya estaban en la exposición permanente o aquellos que han ido aflorando para las diversas exposiciones temporales de producción propia que se han llevado a cabo en el MAM.

En el 2008 se restauró el caparazón de tortuga que se encuentra en la sala 2 de la muestra. Se siguió la actividad de este taller al año siguiente, con la restauración del skyphos ático de Castillejo de los Baños, actualmente en la sala dedicada a la cerámica griega en la exposición permanente del MAM y el lingote de plomo ubicado en la sala dedicada al comercio y la minería romanos, además de cuatro exvotos del yacimiento de Calvi, que son un depósito del MAN. También en la misma sala se limpiaron tesorillos de monedas de diferentes épocas (La Grajuela y Santa Catalina del Monte).

Continuamos por el 2010, cuando se limpiaron todos los materiales de la vitrina anular situada en el hall de la primera planta.

Durante los años 2012 al 2014 destacan los trabajos sobre los materiales de almacenes procedentes del conjunto ibérico de Verdolay, en total más de 250 piezas.

Al año siguiente, 2015, destacamos los tratamientos dados en el taller de restauración al cepo de ancla romana, que se encuentra en la sala del comercio romano, y todo el lote de piezas de Castillejo de los Baños, que hemos seleccionado para esta exposición. 

Finalizamos nuestro recorrido en 2017, con la intervención más importante que hemos abordado: las piezas que van a formar parte del Almacén Visitable.

No siempre ganamos esta batalla “contrareloj”; la degradación en materiales metálicos y vítreos puede ganarnos en algunos casos la partida, pero al menos, hemos de parar ese proceso y minimizar sus consecuencias. La importancia de este taller radica, entre otros motivos, en que el MAM es uno de los pocos Museos de la Región, que cuenta con un espacio específico para la restauración de sus fondos, dotado tanto de instrumental como de personal fijo. En nuestro caso los restauradores se han venido ocupando todos estos años no solamente de las piezas del MAM (tanto nuevas incorporaciones, como antiguos objetos de los almacenes), sino que el taller ha estado abierto a cualquier museo público de la Región de Murcia, que este integrado, eso si, dentro del Sistema Regional de Museos, así como a la petición de los equipos arqueológicos regionales cuya investigaciones hayan proporcionado algún ejemplar con perentorias necesidades de intervención conservativa.

Las colaboraciones más destacables serían las siguientes, desde el año 2008 se inició una colaboración con el Museo de Arte Ibérico del Cigarralejo ubicado en Mula. A lo largo de los años siguientes se fueron restaurando, limpiando y consolidando diversos lotes de materiales, en total cerca de una centena. Así como la jarrita de cuerda seca del Museo de La Encomienda de Calasparra, que está expuesta en esta sala.

Al año siguiente, restauramos piezas de excavaciones en Cartagena y Jumilla. Continuamos el año 2010, cuando se restauraron objetos para los museos de Alhama de Murcia, Lorca y Mazarrón. Siguiendo este recorrido cronológico, en el 2011 se restauraron objetos para el nuevo museo de Molina y piezas de Cehegín, Caravaca, Cartagena y Lorca.

Durante el 2012 se limpiaron y consolidaron ítems procedentes de Bullas y Lorca. En el año 2013 se restauraron del Museo de Lorca nada menos que casi media centena de objetos, junto con alguna pieza de Cartagena y de nuestras campañas en colaboración con el Museo de Siyasa en Bolvax.

Durante 2014 y 2015 pasaron por el taller de restauración piezas de todas partes de la Región.: Cieza, Cartagena, Lorca, Mula, Águilas, Caravaca, Mazarrón o Yecla son solo algunos de los municipios cuyo patrimonio ha estado en este laboratorio. Destacan los trabajos sobre colecciones numismáticas, relacionadas con la exposición sobre “Tesoros” desarrollada en esos momentos, como el de la calle Jabonerias en Murcia, que puede verse en la sala 4.

Entrando ya en el 2016 se restauró el jaez del Castillo de Lorca, así como un plato de loza de Hellín, piezas que por su importancia hemos decidido seleccionarlas para exponer en esta sala.

Finalizamos nuestro recorrido en 2017, destacando una bella hebilla de cinturón de la última campaña de excavaciones en Begastri (Cwehegínç) que, también por motivos de investigación, hemos seleccionado para esta sala.