Historia de Murcia

    Con la invasión árabe, la población hispano-cristiana que habitaba en lo que hoy conocemos como término municipal de Murcia, fue sometida a un proceso de aculturización caracterizado por dos cambios: su conversión al Islam y su arabización cultural y lingüística. Los vestigios arqueológicos afirman que a finales del siglo X, el proceso había concluido y la población de Tudmir estaba mayoritariamente compuesta por hispanomusulmanes.

    El núcleo urbano de Murcia se componía de un intrincado dédalo de calles estrechas, donde se hallaban las viviendas de los musulmanes y el zoco, confeccionando la medina.

    Los barrios periféricos eran denominados arrabales y en ellos se situaban, por un lado, los palacios de los grandes señores y, por otro, la judería. Las excavaciones llevadas a cabo en el Convento de las Claras, en plena capital murciana, señalan la existencia en este lugar de un Alcázar.

    La Murcia musulmana se encontraba rodeada de murallas, con puertas que comunicaban la ciudad con el exterior y desde donde arrancaban una serie de caminos que atravesaban la huerta.

    Ibn Mardanis fue quien llevó a cabo los más ambiciosos proyectos arquitectónicos, siendo el artífice del Qasr Ibn Sa'd (Castillejo de Monteagudo).

    En la cultura musulmana murciana, brillaron las figuras de Ibn Isaac, los pensadores ricoteños al-Ricotí (cofundador, junto con Alfonso X, de una Madrissa o Centro de Estudios en Murcia) e Ibn Sabín, y del escritor universal Mohidin Ibn Arabí, representante máximo de la mística hispano-musulmana y maestro de la escuela establecida en Murcia que durante estos siglos practicó el sufismo.