Los cuatro castillos identifican el carácter fronterizo del histórico reino de Murcia. En la Edad Media, el reino musulmán de Murcia mantenía frontera con el reino nazarí de Granada por el Oeste, la Corona de Castilla por el Norte, la Corona de Aragón por el Este y el Norte de África por el Sur, a través del Mar Mediterráneo.

Las siete coronas fueron concedidas por distintos reyes de España al reino de Murcia, entre los siglos XIII y XVIII, en homenaje a su fidelidad inquebrantable a la Corona. Alfonso X 'el Sabio', Rey de Castilla y León, concedió cinco coronas al reino de Murcia, mediante privilegio otorgado el 14 de mayo de 1281. Las cinco coronas representaban los cinco reinos integrantes de la Corona castellana. El Rey Sabio premiaba así la fidelidad del pueblo murciano frente a la rebelión de su hijo, el infante don Sancho, quien destronó finalmente a su padre Alfonso X. Las ciudades de Castilla apoyaron la revuelta de don Sancho con la excepción de Murcia y Sevilla. Además, Alfonso X otorgó a la ciudad de Murcia su corazón, como muestra de su cariño, mediante testamento. El corazón de Alfonso X reposa en una urna del Altar Mayor de la Catedral de Santa María en Murcia.

Pedro I de Castilla y León distinguió al reino de Murcia con una sexta corona, mediante privilegio otorgado el 4 de mayo de 1361. Además, Pedro I concedió a su escudo la inclusión de castillos y leones, para reforzar su pertenencia a la Corona castellano-leonesa. De esta manera el monarca rendía homenaje al reino de Murcia por su fidelidad a Castilla, frente al ataque de Aragón al territorio murciano durante la guerra de los dos Pedros (I de Castilla vs IV de Aragón).

Felipe V de España donó la séptima corona al reino de Murcia, una flor de lis (símbolo de la Casa de Borbón) y un emblema (priscas novíssima exaltat et amor=ensalzar y amar lo antiguo y lo nuevo) por su apoyo en la Guerra de Sucesión (1700-13) contra el archiduque Carlos de Habsburgo, mediante privilegio otorgado el 16 de septiembre de 1709. El reino de Murcia fue frontera entre los territorios del Rey Borbón y del aspirante de la Casa de Austria. El obispo de la diócesis de Cartagena, Luis Belluga, dirigió las tropas murcianas en la Guerra en su condición de capitán general del reino.

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