Un lugar muy significativo dentro de lo folclórico y lo tradicional en la Región de Murcia es ocupado por los conocidos como Cantes Mineros. Éstos son reflejo de una expresión artística y de un lenguaje humano, pero además del acontecer social, económico y cultural de distintos momentos de la historia regional.

Más allá de las estructuras musicales y técnicas de las distintas formas mineras de cante se encuentra el sentir de sus protagonistas y todo lo que reflejan sus voces.

El influjo del flamenco andaluz arribado hasta aquí se dejaría sentir fundamentado en el desarrollo de la minería de la cuenca cartagenera de mediados del XIX, y en la atracción demográfica que traería consigo dicho despegue. No obstante, las aportaciones e intercambios culturales son recíprocos, pues no sólo fue en la zona de Cartagena-La Unión donde se notó la influencia andaluza, sino que también en los cantes almerienses se hicieron palpables las imbricaciones con el pueblo murciano y su tradición folclórica.

La elaboración de los estilos mineros conlleva una nada desdeñable dificultad que le otorga a los cantaores profesionales su razón de ser, dentro de un arte cuyas letras y músicas quedan irremediablemente vinculadas a este mundo de minas, sudor y cante.