Cartel 2005 [Folclore_Cantes Mineros]
Cartel 2005

Como suele pasar en la historia de toda tradición, también los Cantes Mineros atravesaron épocas de mayor y menor esplendor.

La visible decadencia en la que quedaron sumergidos hacia 1950 veía peligrar la permanencia en el tiempo de su transmisión y valorización. Los vaivenes del mundo minero afectaban a la evolución de estos cantes y en esos años centrales del XX el panorama atravesaba momentos difíciles, lo que se sumó a una crisis generalizada del flamenco. Se llegó a temer por su desaparición.

Pero siendo algo tan arraigado ya en la costumbre de las zonas mineras, seguía habiendo quienes con su trabajo dieron un nuevo impulso al popular cante levantino. Lo elevaron hasta la posición que hoy día ocupa, y cuya mayor representación está en el Festival del Cante de las Minas que cada año, desde 1961, se celebra en La Unión.

Fue Juanito Valderrama quien en una actuación en esta ciudad del campo cartagenero, puso la voz de alarma haciendo un llamamiento a la defensa de los cantes autóctonos del pueblo. El mensaje fue recibido por el entonces alcalde Esteban Bernal Velasco y un grupo de hombres que le acompañaron en su decisión de revalorizar y divulgar el flamenco minero tan metido en las entrañas unionenses.

De este modo decidieron poner en marcha lo que fue la primera edición del Festival, pensada en un principio como la convocatoria de un concurso de cante celebrado a propósito de las Fiestas Patronales del Rosario en La Unión.

Desde ese momento que parte en el año 61 y de forma ininterrumpida han venido sucediéndose y desarrollándose las distintas citas flamencas del Festival.

Más adelante se ubicó como sede definitiva para su celebración el Antiguo Mercado Público, conocido desde entonces como la 'Catedral del Cante'. Además se trasladó al mes de Agosto y se amplió su duración a 11 días, en los que pasan por tierras unionenses las mejores figuras del panorama flamenco, y las jóvenes promesas que desde aquí han despegado sus carreras. También se incorpora la modalidad de guitarra, y en último lugar la de baile.

El Certamen fue creciendo y adquiriendo un prestigio internacional innegable, ya que sus organizadores han viajado por todas partes del mundo promocionando y difundiendo el arte que emana en las jornadas y veladas celebradas en la Catedral del Cante.

Tras años de esfuerzos económicos y financieros y de pelear para que se le concedieran a los Cantes Mineros el lugar de privilegio que se les debía, el Festival consiguió insertarse dentro del circuito de 'Planes de Festivales de España', siendo declarado de Interés Turístico Nacional.

La Lámpara Minera, el Bordón de Oro y El Desplante son los principales galardones otorgados en los concursos que ocupan las noches más emotivas del Festival, junto a los homenajes realizados a las grandes figuras del flamenco que han pasado por sus escenarios.

Haciendo frente al duro revés que supuso el cierre definitivo de la minería en La Unión en 1991, los responsables del Festival minero consiguieron mitigar sus efectos, dándole al certamen un nuevo aire. La internacionalidad estuvo presente más que nunca en este nuevo período, caracterizado a su vez por una incesante búsqueda en la memoria histórica del legendario pueblo minero, con la intención de hacer protagonistas a todos los que eran ya parte indiscutible de La Unión, sus minas, su cante y su Festival.