Sería difícil distinguir en Murcia en qué momento empieza el Neoclasicismo o qué edificios suponen una ruptura con el período Barroco anterior. En la segunda mitad del XVIII se sigue construyendo en Murcia, en su capital y en otros municipios, de hecho es esta segunda mitad la que plantea mayor diversidad en cuanto a los desarrollos y trazados urbanos.

     En el caso de Murcia durante este período cronológico se siguieron ampliando barrios como el de San Juan, San Antolín, San Andrés o el de San Benito, más tarde barrio del Carmen. Entre los edificios más destacados se encuentran el conocido como Martillo del Palacio Episcopal, un edificio que ampliaba el palacio pero que en sus trazas siguen aún presentes los conceptos barrocos.

     Pequeñas urbes como las de Lorca y Cartagena vieron impulsados sus ámbitos urbanos y sería la ciudad portuaria la que vería un mayor despliegue arquitectónico ya que la situación política y económica había impulsado de nuevo su importancia, especialmente en su aspecto defensivo. Desde 1726 la ciudad era sede del Departamento Marítimo del Mediterráneo, lo que fomentaría aún más la creación de edificios de valor estratégico y ampliación de arsenales.

     Cartagena se vio sometida a todo un proceso de ampliación, figuras como la de Sebastián Feringan cobran importancia y se consolidan en el panorama de la arquitectura. Se amplían los barrios de Santa Lucía, San Antón y Los Dolores, se crea la Plaza del Rey y zonas como el Paseo de las Delicias, 1758, y el Jardín Botánico, 1787.

     La mayor parte de los edificios de nueva planta neoclásicos de Cartagena están relacionados con las instalaciones de la Armada. La actual Capitanía nace en la Casa del Rey, en 1740, en 1752 se edifica el Almacén del Arsenal y en 1752 uno de los edificios más populares, el Hospital Real de Antigones, actual sede de la Universidad Politécnica.

     Tras la figura de Feringan aparecería la de otro arquitecto e ingeniero insigne, Mateo Vodopich, que delinearía el Cuartel de Presidiarios y Esclavos en 1773, después Cuartel de Instrucción de Marinería. Vodopich sería también el responsable de la creación en planta del municipio de Águilas, al pie del Castillo de San Juan, un proyecto único en Murcia y que muestra la evolución de los nuevos ámbitos urbanos en nuestro territorio a resultas de las necesidades estratégicas y políticas del momento.

     En los casos mencionados no nos encontramos ante un neoclasicismo rotundo, como el que vivieran ciudades como Madrid. Murcia tardaría unos años en poder asimilar la nueva estética y acaparar autores que pudieran estudiar en Madrid o Italia las nuevas tendencias. Sin embargo, es clara la ruptura progresiva con el Barroco. En la misma ciudad de Cartagena podemos observar en edificios como el del Almirante Escaño una clara tendencia a la utilización de elementos decorativos clásicos como columnas o pilastras con acentuados entablamentos o detalles interpretativos de lo clásico.

     En 1752 se fundaría en Madrid la Academia de San Fernando, patrocinada por el rey Fernando VI. La creación de esta Academia suponía la regulación de los estudios de Bellas Artes, el examen de los aspirantes a ser profesionales y la regulación de los estudios, cuestiones que evolucionarían hasta la futura desaparición de los gremios. La dirección de la Academia y su tutela teórica estuvo en manos de eminentes arquitectos y artistas claramente influenciados por las tendencias neoclásicas.

     En 1783 desaparecerían las agrupaciones de gremios, un hecho que inauguraría la clara tendencia a hacer de los artistas profesionales liberales ligados a instituciones docentes como las Academias o asociaciones como la Asociación de Amigos del País, que promovía becas de estudio y promoción de arquitectos y artistas locales.

Sacra Cantero Mancebo