A finales del siglo XIX se dio en España una corriente regionalista debida, según José Carlos Mainer, a “un momento de despegue económico regional y a la revitalización de unas burguesías afanosas de identificarse con sus peculiares tradiciones”.

     En literatura, la influencia del naturalismo en el teatro y costumbrismo regional originaron el nacimiento del drama rural, cuyo autor más representativo fue el catalán Josep Feliú y Codina, que dedicó algunas obras a otras tantas regiones españolas, procurando siempre hacer un estudio de su modo de ser y de sus costumbres. Entre sus obras de este género está María del Carmen, un drama rural ambientado en la huerta de Murcia, conteniendo expresiones y palabras murcianas y con el robo del agua de riego como argumento. Este drama, estrenado en Madrid en 1896, dio lugar posteriormente a una ópera y a dos películas.


Juan José Navarro Avilés (febrero de 2009)