Ricardo Ortega Merino

Fragmento del Preámbulo de Crónica de Fuente-Álamo

Voy, pues, con mi ya inseguro pulso, tantas veces puesto a prueba durante más de sesenta y cinco años y mis cansado ojos, que tanto han llorado ya y que nada son sin el adminículo óptico, a enfrentarme con seis centurias a las que intento arrancar secretos y sucesos que, si muchos de ellos carecen de importancia histórica, no pueden ser indiferentes a los que amamos a la tierra que nos vio nacer, ni deben quedar ignorados para los que nos sucedan en el vivir, a quienes servirán, si no de bloques, al menos de trabazón para unir la noche del pasado a los, de seguro prósperos, días venideros¿.

A cerca de El Escudo de Fuente Álamo

Si alguien creyera fuera de lugar el empeño que hace moverse a mi pluma, teniendo en cuenta la importancia de los Blasones y al propio tiempo la modestia de mi pueblo, no olvide aquello de que - también el tambor es tropa-" (...) Si pues, los blasones son para los pueblos lo que los apellidos para los hombres, porque en unos y otros se descifran origen, rango y cualidades, un escudo complicado (que en Heráldica acusa existencia moderna), donde tuvieran representación las armas de aquellas tres ciudades madres, no sería contrario a las leyes del Blasón; pero también sin ofender a la Heráldica, podemos prescindir de un abigarramiento de signos, siempre enojoso, valiéndonos de las -armas parlantes- que el nombre de nuestro pueblo nos proporciona. (...) La fuente y el álamo son figuras admitidas en la disciplina de que tratamos y por cierto muy elocuentes en el lenguaje simbólico de ella."

Fragmento extraído de Crónica de Fuente-Álamo

Según se desprende de muchos documentos y noticias dignas de crédito, casi que durante todo el siglo XIX, los vecinos de la villa más influyentes, residían en el paraje de Cuevas, donde, entre otras también notables, habitaban las familias de Reyllo y de Moya¿.