José Matrán

José Matrán como representante de lo cotidiano elevado a la categoría de arte

La obra de José Matrán hay que dividirla entre dos facetas artísticas: la fotografía y el dibujo.

Como fotógrafo era de interior, pero con habilidad, gusto y técnica. Aprovechando la claraboya que dejaba pasar la luz en sus estudios realizó fotografías prodigiosas.

Realizó obras con negativos que lo encumbraron en el mundo de la fotografía. Entre ellas se pueden destacar la utilización de técnicas de raspador sobre fondo negro o la creación del dibujo negativo sobre celuloide.

Como dibujante o pintor recoge con su plumilla paisajes, naturalezas muertas o animales, pero sin ser una copia de la realidad. La gran expresión de su pintura es el retrato de los seres humanos. Recoge con sus manos las actitudes, la frivolidad, el carácter y el espíritu, pero todo dotado de una especial magia de sentimientos.

No sólo se presta el artista a reflejar los rostros o las formas, sino que crea, matiza y engrandece cada uno de los momentos y las expresiones de sus modelos.

Además, sus retratos captan la belleza exterior de todos los cuerpos y rostros, pero también lo íntimo, la sicología de cada personaje.

Las escenas que representa José Matrán no salen de lo normal por la escena en sí misma, sino por ser momentos de la vida cotidiana, tratados con espíritu observador e impregnados de sentimientos humanos y bondadosos.