El municipio murciano de Blanca está considerado como tierra de pintores, de buenos pintores. Dentro de ese abanico de artistas se debe incluir a Antonio Yelo Cano, no sólo por las características formales de sus obras, sino también por su espíritu incansable a la hora de perseguir un sueño.

Aunque desde niño siempre estuvo ilusionado con la pintura, el hecho de no entrar en la Academia de las Bellas Artes de Valencia fue un duro revés en su vida. No obstante, supo sobreponerse a base de estudio y trabajo como autodidacta.

Diplomado en Magisterio, permaneció pintando para sí mismo y sus amigos durante varios años, hasta que llegó su gran momento de reivindicación mediante una exposición de sus acuarelas en su pueblo natal.

Desde entonces es un pintor conocido del gran público a nivel regional y ha trabajado junto a otros artistas consagrados de su tierra.