La obra más reciente de Ángeles Mondéjar sigue fiel su trayectoria sobre sí misma, con esa pincelada cargada de una energía que hace temblar al lienzo, que penetra en la consciencia misma de la figura del ser humano, despertando en el espectador emociones y recuerdos dormidos.

Muestra la gran valía y el coraje  interior de la mujer frente al mundo; a veces sola, triste, abatida o con cansera, pero nunca a falta de fuerza o valor.

Las obras que se exponen muestran esa fuerza sensible y estremecedora que nos lleva hacia un viaje de búsqueda, provocando sensaciones que nos transportan hacia nuestro propio mundo interior.

Tras la mirada de sus figuras, surge con fuerza la sensibilidad de su arte, que interpreta la ternura con tal seguridad que llega a ser hiriente, haciéndonos sentir que no todo está perdido. Tras la fuerza del primer impacto, surge con delicada ternura la sensibilidad de todo aquello que es.

Dedicatoria de Leonor Mota.