“DIEZ AÑOS DEL NUEVO MUSEO ARQUEOLOGICO DE MURCIA”. UNA INTRODUCCIÓN.



El quince de marzo del año dos mil siete tuvo lugar la reapertura del Museo Arqueológico de Murcia (MAM), en un edificio renovado. Multiplicado sus espacios con la ocupación del primer y segundo piso del inmueble original. Todo ello después de más de ocho años en que la entidad había permanecido cerrada al público por estas obras, el intervalo más largo sin la exposición de la arqueología murciana desde la inauguración de la sede en 1953.

Esto podría sugerirnos que tras los largos y complicados trabajos de reabrir la exposición y con una museografía totalmente renovada y actualizada, se abriría un periodo de cierta tranquilidad, centrada en la presentación al público de todas las novedades, tras tan largo lapsus.
Sin embargo, nada más lejos de la realidad. El apertura de marzo de hace diez años representó el punto de partida de todo un trabajo de dinamización del centro y apertura a su entorno desde perspectivas muy variadas.

Junto con las imprescindibles labores de difusión y presentación ante toda la sociedad murciana del nuevo equipamiento que se abría a su disfrute, y que tuvo como consecuencia un histórico registro de más de cincuenta mil visitantes a la nueva sede, solo en el primer año, se abrieron de forma paralela toda una serie de departamentos de trabajo en la entidad.

El MAM ha seguido difundiendo la historia y arqueología murciana durante estos diez años, utilizando toda una serie de instrumentos publicitarios, tanto los convencionales medios de opinión pública, como las recientes vías digitales, como el portal web de los Museos de la Región de Murcia. En la sala 2, “el MAM difunde”, recordamos esa evolución del público in crescendo, las principales actividades culturales, abiertas a toda la sociedad; así como los premios y reconocimientos recibidos, tanto por la calidad de la reforma del edificio y su adecuación y accesibilidad, como por la calidad turística de su gestión y servicios que presta.

En todo caso, el principal instrumento de divulgación de la arqueología murciana radica en la propia exposición de las valiosas piezas atesoradas por años en el museo, complementada por los ejercicios de profundización y divulgación especializada de la treintena de exposiciones temporales organizadas en nuestras salas en este periodo, como reflejamos en nuestra sala cuatro: “el MAM expone”.

Tampoco omitimos la faceta investigadora de la entidad. Se abrió una biblioteca, especializada en museografía, historia y arqueología, con una importantísima hemeroteca y fondos antiguos, como espacio privilegiado de estudio para los investigadores regionales. Asimismo, se retomó la publicación de la revista VERDOLAY, añadiendo seis nuevos números a los ocho de su primera época, antes de la reforma del inmueble. En la sala 3, bajo la denominación genérica de “el MAM investiga” reflejamos, igualmente, el importante número de investigadores que nos han visitado en estos diez años, para estudiar nuestros archivos y fondos materiales, y los proyectos museográficos y arqueológicos en los que hemos venido colaborando.

Una de las facetas más importantes, por ser una responsabilidad directa, puesta por la sociedad en esta institución, es la custodia del ingente volumen de materiales arqueológicos recuperados durante más de ciento cincuenta años por todo lo largo de la región. La sala 5 de la muestra “el MAM custodia”, desglosa la realidad de los diferentes depósitos de almacenamiento arqueológico con los que cuenta el MAM, con millones de ítems, y los modernos instrumentos informáticos con que contamos para gestionar los mismos, de forma que estén siempre a disposición de los investigadores y hacerse capaces de seguir generando un mejor conocimiento de nuestros antepasados. Asimismo, repasaremos las principales colecciones recibidas en esta década, organizada por años de entrada en los almacenes, que han supuesto triplicar el volumen total de los custodiado. Todo ello se explicita en una reducidísima selección de piezas, mayoritariamente inéditas hasta este momento, asi como muestras de las recientes incorporaciones por decomisos de las fuerzas de seguridad de estado, en su lucha contra el expolio y el tráfico ilícito de obras de arte y bienes culturales, y las, cada vez más numerosas, entregas voluntarias de objetos en poder de ciudadanos de Murcia.

Si importante es el almacenamiento y control de los bienes arqueológicos, no menos resulta el asegurar su conservación y el seguimiento de los procedimientos y tratamientos precisos para evitar, en una lucha contrarreloj, la perdida de aquellos objetos más susceptibles de deterioro. La sala 8, denominado “el MAM restaura” intenta hacer visible el poco conocido trabajo realizado en el Taller de Restauración del museo, con más de mil piezas tratadas en estos diez años.

Desgranamos las necesidades más perentorias de los objetos arqueológicos y cuáles son los más expuestos a su degradación (metales, materias orgánicas, cristal…) y su procedencia: incidencias en la piezas ya expuestas, las revisiones de los miles de contenedores existentes en los almacenes, piezas que han sido expuestas temporalmente en estos diez años y han debido tratarse antes de salir a la luz pública, y todas aquellas de otros museos y excavaciones arqueológicas de la región, que careciendo de instalaciones y personal específico han solicitado nuestra colaboración para salvaguardar sus bienes arqueológicos.

Empezamos por la difusión y divulgación general del museo, la arqueología murciana y los objetos más descollantes de su colección, y terminaremos hablado de una vertiente fundamental de tal divulgación: la referida a los procesos educativos, para todos los niveles de público, que se desarrollan en el Departamento de Educación y Acción Cultural del MAM (DEAC). La sala 6, bajo el título del “el MAM enseña” expone los logros y filosofía de trabajo pedagógico asumido. Desde la evolución del público escolar y las experiencias de trabajo con colectivos con discapacidades y necesidades especiales, a la justificación de unos itinerarios basados en el aspecto lúdico del conocimiento y de la enseñanza desde una visión “no formal”; juegos, creatividad y manualidades, la oferta del Taller del DEAC, con más de doscientas propuestas educativas, de todo tipo, desarrollada en estos diez años, es un referente incontestable en la didáctica aplicada a museos en nuestra región, e incluso, diría que a nivel nacional.

Este discurso expositivo se completa con una nueva sala anexa, multifuncional, que viene a servir alternativamente de sala de audiovisuales, con un video que desgrana la realidad del museo y todo el discurso de la exposición, y como aula didáctica (“El taller de Musi”) para las actividades educativas a desarrollar específicamente durante el transcurso de la muestra.

Finalmente, la exposición se cierra con un desiderátum. El “Futuro del MAM” avanza los retos y proyectos que planteamos para seguir mejorando el Museo Arqueológico de Murcia en los próximos años, pero adelanta asimismo algunos de los trabajos ya en curso, que dibuja un nuevo lenguaje interactivo para el museo de este siglo XXI.

En resumen, aunque la muestra “MAM X. Diez años del Museo Arqueológico de Murcia” presenta una selección de piezas muy significativas en la arqueología murciana, tanto por ser hitos en la historia pasada del MAM (“la pieza más votada”, “la pieza viajera”, “la pieza más investigada”, o los recordatorios de exposiciones celebradas), junto a otras, mayoritariamente inéditas, incorporadas recientemente y que todavía no tienen un puesto en las salas permanentes, pero que entraran, sin duda, en las nuevas revisiones del discurso del museo.

Sin embargo, el “leit motiv” de la exposición no pretende centrarse en los objetos, no pretendemos ser “adoradores de iconos muertos”, aunque resulten muy bellos o curiosos, sino la vida desarrollada en los diferentes departamentos del museo (muchas veces callada y que pasa desapercibida para el gran público) para hacer más visible y mejor aprovechable, desde todos los puntos de vista, ese caudal de documentación histórica que nos aportan. No se organizan las salas por culturas o fechas de ingreso en el MAM, sino siguiendo las principales funcionalidades que la definición del ICOM otorga a un museo, todas ellas interrelacionadas e indispensables para que el MAM siga respondiendo a lo que la sociedad murciana le reclama