Según el profesor Elías Pastor "Artesanía es el conjunto de labores naturales, transformadora de los materiales naturales, para crear objetos útiles, siguiendo modelos tradicionales y, en muchos casos con valores estéticos". Esta afirmación habla fundamentalmente de un concepto que define la labor artesana: hecho a mano con materias primas del entorno.

La artesanía ha estado presente en la Región de Murcia desde el principio de su poblamiento. Ya en yacimientos epipaleolíticos y neolíticos calasparreños, moratalleros o ciezanos existen formas cerámicas que nos hablan de una labor de producción a mano para la obtención de útiles relacionados con la cocción de alimentos, la recolección o la vida cotidiana.

Pero no sería hasta el desarrollo de la Revolución Industrial en el siglo XIX cuando se pondría de manifiesto el auténtico valor que representaban los objetos realizados de forma manual, en contraposición a la nueva tendencia de la producción en serie derivada de la mecanización de la sociedad industrial.

Con la llegada de la maquinaria y la división del trabajo aparece la competencia, la necesidad de aumentar los niveles de producción, las nuevas tecnologías y el diseño industrial. El proceso artesano, "hecho a mano", se convertía en un valor añadido que mejoraba el producto, incluyendo numerosas técnicas de decoración que los diferenciaban claramente de los realizados en serie, aunque no faltaban sectores que lo consideraban una lacra para el nuevo desarrollo urbano.

En la Región de Murcia se conservaría durante la primera mitad del siglo XIX el artesonado tradicional, evolucionando muy poco en materiales, técnicas y decoración hasta la actualidad. En el último siglo la labor artesana ha pasado de satisfacer el consumo local de las clases populares a convertirse casi en objetos de culto elaborados por un reducido número de maestros y que pueblan las vitrinas de las familias de clase media o acomodadas.

Alfarería y cerámica

La diferenciación entre las piezas de alfarería y cerámica de la región de Murcia consiste básicamente en que las piezas resultantes de ésta última necesitan de una segunda cocción tras ser decoradas y barnizadas.

Los principales centros alfareros murcianos quedan comprendidos en las márgenes de los ríos Mula, Segura y Guadalentín ya que sus terrazas proporcionan agua, barro y espacio. El proceso básico para la elaboración de objetos de barro conlleva: búsqueda y preparación de materiales; combinaciones de agua-arcilla; eliminación de agua sobrante; sobadora, tamizado, torno para dar forma, vidriado o esmaltado; y cocción.

Las primeras piezas de cerámica estaban dedicadas al uso cotidiano, primando la funcionalidad sobre los objetos de carácter ornamental. Los principales centros de producción son Lorca, Totana y Aledo por la cercanía a la materia prima y su tradición ancestral.

Esparto y caña

El cultivo y aprovechamiento del esparto ha supuesto para la Región de Murcia una materia prima básica para elaborar numerosos utensilios de uso cotidiano como cestas, capazas, alpargatas o esparteñas, pero también aparejos para el ganado como recinchos, jábegas, jabegones, cuerdas de carga, cribas, horones, aguaderas, serones y caracoleros. Los grandes espartizales murcianos se ubicaron tradicionalmente en Albudeite, Cieza y Calasparra.

Los cañares pueblan las ramblas y humedales murcianos. Sus cañas trabajadas se utilizaron para indicar lindes en propiedades de campos y huertas, para proteger las escarchas de los semilleros y en la fabricación de cestos oblongos donde se ponían al sol los polluelos.

La madera

Los principales productos derivados del trabajo con la madera en la región son los muebles, destacando tradicionalmente objetos domésticos como plateras, jarreras, cuchareros, especieros, pies de tinaja o zaferos; y la tonelería, principalmente de roble o castaño, realizada con el objeto de abastecer a las numerosas bodegas repartidas por el territorio murciano.

Orfebrería

La orfebrería aparece representada a través de cálices, custodias, atriles, cruces o copas, en gran parte pertenecientes al patrimonio eclesiástico y realizado en colaboración con maestros plateros. En la actualidad esta tradición continúa gracias a la elaboración de joyas, alfileres o cruces de Caravaca.

Los metales

En el trabajo artesano con metales destacan el hierro y la forja, de especial singularidad y con marcados criterios estéticos.

El primero era trabajado en la fragua con martillo, tenazas y cincel, empleándose en la rejería así como en la realización de camas, zaferos o lámparas. En la Región son característicos los diseños de rejería de estilo castellano, granadino o murciano con piezas curvadas conocidas como rejas de “buche de paloma”.

Por otra parte hasta primeros del siglo XX hubo en casi todas las poblaciones murcianas caldereros que confeccionaban útiles domésticos como cazos, aceiteras, cubos, cubetas, barreños, calderos de diversa capacidad, grandes perolas de cobre para la obtención de esencias, zafras y sartenes de todos los diámetros.