Basándose en fuentes documentales periodísticas y personales hasta ahora inéditas, la publicación relata el surgimiento e historia de las galerías de arte en esta región entre 1970 y 2000

Libro Galerías de Arte de Arte

 

El libro extracta el contenido de una tesis doctoral del periodista José Alberto Bernardeau, directivo de la Asociación Murciana de Críticos de Arte y miembro de AECA/AICA.

Relata que aunque obras de arte se exponían y vendían públicamente en salas institucionales de toda la región, como en el resto de España, así como en locales comerciales, en estos últimos de forma discrecional y eventualmente, no fue hasta finales de 1970 cuando unos emprendedores se animaron a dar el decisivo paso de abrir un espacio dedicado exclusivamente a vender pinturas y esculturas. La llamaron “Zero” y pese a las reservas y algunos malos augurios de la ciudadanía y la prensa, además de la osadía de radicarla en un primer piso –eso sí, en una céntrica plaza- la primera galería de arte en la capital regional se mantuvo en pie, con altibajos, hasta mediados de los noventa y en poco tiempo abrió el camino a un inusitado número de salas en las principales ciudades y pueblos de la comunidad.

La publicación testimonia también el entusiasmo que, durante las décadas de los setenta y los ochenta, decenas de bares, comercios y otros locales de muy heterogéneo tipo aprovecharon el entusiasmo popular por el arte organizando sus propias exposiciones con un inusitado apoyo de los medios de comunicación, atendiendo no sólo a la gran demanda popular, sino acorde con la calidad de algunas muestras. Explica la acogida del hecho artístico en su versión plástica en una época de penumbra cultural que despertó en la región de Murcia la complacencia por la contemplación de la obra de arte en capas sociales hasta entonces al margen.

Muchos de estos espacios expositivos fueron sucumbiendo tras un corto camino, ya que el entusiasmo por visitar las exposiciones no transcurría paralelo a la adquisición de las obras que allí se vendían, pero otras salas salieron adelante a pesar de los devastadores efectos de la crisis, no sólo económica, sino de valores y conocimientos para enfrentarse a una obra de arte.

El libro señala cómo los galeristas murcianos consiguieron entonces atraer a un público tan ávido de cultura como neófito en arte, superaron la colisión de sus intereses con los de las salas públicas, lucharon contracorriente con situaciones de crisis económica y compitieron en un mercado difícil. Relata los consabidos rechazos hacia expresiones plásticas no clásicas o académicas, las pugnas entre la administración cultural y los agentes del arte, y entre estos últimos también.

 

Cuenta sus experiencias repletas de anécdotas e interesantes comentarios de galeristas, artistas, críticos de arte y periodistas, cuya lectura, además de amena, documenta pormenorizadamente treinta años de historia del mercado de arte en la región de Murcia con referencias a sus exposiciones.

Son más de 400 páginas en las que se detalla la historia de 46 salas de Murcia, Cartagena, Lorca, Molina de Segura y Cieza, así como otras muchas iniciativas para comerciar con obras de arte en toda la región. Las fuentes proceden de una exhaustiva investigación durante años en hemerotecas, catálogos y otros canales de difusión comercial, así como de testimonios directos de galeristas, artistas, coleccionistas y otros agentes culturales, algunos de ellos ya fallecidos.

Ya entrado 2019, la reciente creación de nuevas galerías en la ciudad de Murcia apunta al regreso de mejores tiempos pasados, aunque los galeristas que han sobrevivido a la crisis se muestran cautos respecto al futuro, con más preguntas que respuestas sobre cómo adaptarse a los continuos retos del mercado