Estética andaluza en la Cofradía del Cristo de la Salud en Martes Santo
Estética andaluza en la Cofradía del Cristo de la Salud en Martes Santo
Real Cabildo Superior de Cofradías de Murcia
Capirote de Nazareno estante
Capirote de Nazareno estante

     En la Semana Santa de Murcia se pueden clasificar las cofradías en dos estilos distintos: el estilo andaluz y el estilo murciano.

     En las cofradías del llamado estilo andaluz, que no reparten caramelos, existen otras diferencias que las distinguen del resto. Esta manera de procesionar aparece en Murcia en los años cuarenta con la aparición de las llamadas "nuevas cofradías". Son las de la Fe, Salud, Rescate, Refugio y Yacente. Además de no repartir caramelos, sus integrantes guardan riguroso silencio durante todo el desfile. Incluso la del Refugio, conocida popularmente como la del "Silencio", tiene a sus cofrades con un voto especial que les obliga a guardar silencio desde que se visten en su casa hasta que vuelven después de la procesión. En algunas de ellas (Salud y Rescate) incorporan la capa a la túnica penitencial. El capuz es distinto al de otras cofradías tradicionales murcianas siendo más alto y puntiagudo. Todos visten la misma túnica y no hay diferencia alguna entre ellos. Tanto los que llevan los tronos como los penitentes llevan el rostro cubierto.

     Los pasos de éstas, llevan patas para apoyar el trono en el suelo cuando éste no se encuentra en movimiento, también suelen llevar otro tipo de mecanismos, como timbres o campanas, para avisar a los nazarenos que llevan el paso con los que se les indica cuándo deben parar o comenzar a caminar.

     En las cofradías tradicionales murcianas, los pasos no tienen ningún tipo de apoyo para poderlos dejar en el suelo. El único soporte en el que descansa el paso cuando está quieto, es el que proporcionan unos "bastones" llamados estantes, que llevan los nazarenos para apoyar el trono, manteniéndose éste en equilibrio. Esta situación le da al paso ese movimiento de "vaivén" característico que tienen los pasos de Murcia cuando están quietos durante el desfile, y que a veces da la sensación de que el paso se viene abajo. El mecanismo para que los nazarenos cojan o dejen el trono, consiste en que uno de los nazarenos que guía el paso delante de éste, denominado Cabo de Andas, golpea con su estante de punta metálica una placa situada en la parte frontal del trono y el sonido del golpe hace que los nazarenos recojan sus estantes de madera y reanuden el camino portando el trono sobre sus hombros. Cada paso tiene sus encargados que lo cuidan y adornan vistosamente y que reciben el nombre de "camareros" del paso. Por último, decir, que según la posición que ocupan los nazarenos en los tronos, los hay de tres tipos: de tarima, troncos de varas y puntas de varas.

     Los penitentes de estas cofradías visten túnicas hasta los pies con cíngulo y cara cubierta por un corto capuz conocido, por su forma en la parte superior, como de "habichuela". En la cintura, la túnica penitente forma un gran pliegue, a modo de seno, donde el nazareno introducirá los caramelos y obsequios que reparte durante la procesión.

     El nazareno que lleva los pasos sobre sus hombros, conocido en Murcia como nazareno-estante, viste túnica del mismo color que las del resto de la hermandad y ésta no pasa de las rodillas. El vuelo de dicha túnica viene marcado por las enaguas que lleva debajo, debidamente almidonadas, y que dan un aire característico a su manera de andar. Calza esparteña huertana y lleva las piernas recubiertas de artísticas medias que, por Murcia, llamamos de "repizco", ya que su elaboración artesanal, en gran medida, viene marcada por la complejidad de los puntos como si se les hubieran dado "pellizcos" al tres bolillo. Adorna sus piernas con unas ligas que, en la gran mayoría de los casos, hacen juego con el color de la túnica penitente.

     La indumentaria del nazareno-estante se completa, en su parte superior, con chaqueta, camisa blanca y corbata que se coloca debajo de la túnica, dejando a la vista solapas, camisa y corbata. El capuz está abierto en el rostro y lleva a ambos lados graciosas cintas blancas que caen desde la cabeza hasta la altura del hombro. Al igual que los penitentes, la túnica se recoge en la cintura con un cíngulo y se forma el buche que en los estantes se llama "sená" y en ella, el nazareno introduce los caramelos y viandas que repartirá a lo largo del cortejo.

     El mayordomo viste la misma túnica que el resto de su hermandad, pero también presenta diferentes adornos que la hacen muy peculiar. Camisa de seda, cuello de pajarita, puntillas en pecho y mangas, zapatos de corte salón y guantes de piel de cabritillo. En algunas procesiones, caso de la Sangre y Jesús, va con el rostro descubierto; en otras, el antifaz del capuz oculta su rostro. Del mismo modo que los anteriores, el mayordomo también forma en su túnica el seno para contener los obsequios.