La Semana Santa de Mula posee una popular tradición, la Tamborada, que la distingue, junto con la de Moratalla, del resto de celebraciones de la Región de Murcia.

El pueblo entero se congrega en la plaza del Ayuntamiento en torno a las 12 de la noche del Martes Santo. A esa hora dará comienzo la esperada Noche del Tambor, durante la cual, y hasta bien entrado el día siguiente (con autorización para tocar hasta las cuatro de la tarde del miércoles), los nazarenos golpearan sus palillos marcando el ritmo propio de Mula por las calles de la ciudad. En muchas ocasiones llegan a herirse las manos a fuerza de redoble.

Historia de la Tamborada

Esta tradición se remonta a mediados del siglo XIX, destacando que los primeros documentos en que aparecen reflejadas alusiones al festejo hablan paradójicamente de su prohibición. Y es que esta costumbre, de marcado carácter popular, no siempre se congració con las autoridades ni las clases dominantes. De hecho sufrió muchas veces persecución y desaprobaciones.

En el año 1892 un bando municipal desautorizaba el toque de tambor a partir del Miércoles Santo. El pueblo, al desobedecer el mandato, provocó disturbios que acabaron en detenciones.

Posteriormente se volverán a autorizar. Hacia 1944 se establece una ordenanza municipal que obligaba a cada tamborista a grabar un sello en su tambor y a pagar una cuota por ello al ayuntamiento.

Desde Marzo de 1977, ayuntamiento y asociaciones de tamboristas se reúnen para fijar unas directrices de la fiesta. Las tamboradas quedan establecidas del siguiente modo:

Los límites horarios para tocar el tambor serán desde las 12 de la noche del Martes Santo a las cuatro de la tarde del Miércoles Santo, y desde las ocho de la mañana del Domingo de Resurrección a las seis de la tarde.

La primera campanada de las doce de la noche marcará el comienzo del acto. Momento hasta el cual los tamboristas guardarán un respetuoso silencio.

Los tamboristas vestirán la tradicional túnica negra.

La creación de la Asociación de Tamboristas de Mula, en enero de 1987, favoreció la difusión de la fiesta. El 8 de enero de 1990 la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia otorga el título de Fiesta de Interés Turístico Regional al Ayuntamiento de Mula y a su Tamborada.

En el año 2000 se inauguró en la Plaza del Ayuntamiento y durante la Noche de los Tambores el Monumento al Tamborista. El escultor valenciano Rafael Pi Belda realizó en bronce esta escultura de proporciones monumentales con las figuras de dos tamboristas.

Participación

En principio todo el mundo puede participar en la fiesta del tambor de Mula. De hecho el municipio tiene por tradición la acogida de todo aquel que guste del sonido del tambor.

En 1983 un grupo de tamboristas muleños, ayudados por el Ayuntamiento, planearon reunir a todos los pueblos de España que tuvieran entre sus tradiciones la de tocar el tambor. Se realizó finalmente en Septiembre de ese año y se la denominó "I Muestra del Tambor", reuniéndose en la ciudad tamboristas y tamborileros llegados de distintos puntos de España: Andorra de Teruel, Moratalla, Agramón, Hellín, Tobarra, y la anfitriona, Mula.

En el 2002 se realizaron en el municipio las XVII Jornadas Nacionales de Exaltación del Tambor y el Bombo. En estas jornadas acuden representaciones de las ciudades de España en las que se toca el tambor por Semana Santa.

Si queremos sentirnos totalmente integrados en la Tamborada de Mula, deberemos vestir túnica negra. El capirote es opcional; ha ido desapareciendo de la indumentaria y en cualquier caso no se lleva cubriendo el rostro. Pero sobre todo deberemos portar un tambor.

Es probable que podamos asistir, si acudimos a Mula en la Noche de los Tambores, a un espectáculo espontáneo que ha dado en llamarse Pángana: consiste en la lucha de dos tamboristas por demostrar quien aguanta más o quien toca mejor; y para ello se sitúan frente a frente, juntando las partes posteriores de sus tambores.

El tambor murciano

El tambor murciano tiene unas características concretas:

  • Su diámetro es de grandes dimensiones (60 centímetros aproximadamente).

  • Los palillos tienen punta en forma de 'porra'. Se puede golpear con ellos la piel del tambor con fuerza gracias a su robustez.

  • La caja es metálica. Cuenta con tornillos y dos ganchos para apretarla. Apretando este sencillo mecanismo, se comprimen a la vez los dos extremos y se tensan las pieles delantera y trasera.

  • Los bordones son cuerdas de guitarra que, al golpear el tambor, reciben la vibración de las pieles, emitiendo y modulando el sonido. También cuentan con unos herrajes para controlar su tensión, que influirá en la afinación del tambor.

  • Por la parte donde se golpea hay una piel de cabra curtida, tensada sobre un aro de madera. La piel trasera donde se encuentran los bordones es de oveja también curtida.