Recogen las tradiciones guerrero-religiosas de tropas musulmanas que les precedieron por tierras murcianas, aunque le añaden un velo de misterio y profundidad que ha perdurado hasta nuestros días.

La capital y la frontera del noroeste se rinden a sus pies y altivos marcan las diferencias con el mundo que les rodea si bien no les entiende, dado el halo profundo y desconocido que les rodea.

Ellos se ocupan de aconsejar a Jaime I y a Alfonso X para que las decisiones, que han de afectar a todos los murcianos, sean las correctas y apropiadas al momento temporal e histórico que les ha tocado vivir.

De forma paralela, recogen el conocimiento atemporal, lo guardan y trasmiten a través de su fuerza y conocimiento mental. Posiblemente la Región es el último punto del orbe donde tienen su refugio y aquí debemos buscar el descubrimiento de sus secretos.