Roscon de Reyes
Roscon de Reyes

Mucho más que un bollo

     Cada seis de enero, los Reyes y la tradición traen uno de los dulces más apreciados en las fechas navideñas, el Roscón de Reyes. Un bollo de masa fina en forma de anillo decorado con trocitos de frutas confitadas, hace las delicias de niños y mayores. En su interior se encuentra la llave de acceso para convertirse en rey por un día.

     Pocas fiestas hay en el año envueltas en significaciones tan contradictorias como la de los Reyes Magos. Si bien es cierto que los niños viven con ella la noche más hermosa, en la que se suelen hacer realidad sus más ambiciosos sueños, para muchos también significa que llegan a término unas fechas gozosas y que se inicia un periodo abrupto, frío y largo, nada menos que la 'cuesta de enero'.

     Aunque es hora de muchos tipos de dulces, la estrella es el roscón de Reyes, una receta singular que sólo aparece una vez al año. En algunas zonas denominado tortel, se trata de un dulce simbólico cuya mayor sorpresa es que quien encuentra su 'sorpresa' o 'haba' tendrá garantizada ventura durante los siguientes meses. En los primeros tiempos debió tratarse efectivamente de un haba seca, luego sustituida por una moneda o por una figurita de porcelana, vidrio y finalmente de plástico, pero que siempre despertó una gran expectación. Lo importante no es el hallazgo en sí, sino la suerte y ventura que parece prometer a quien lo encuentra. Néstor Luján habla incluso de que, según la tradición griega, quien lo encuentra se reviste de una 'efímera realeza'.

Simbología

     En este postre típico del desayuno o la comida del 6 de enero la simbología tiene un papel relevante. Aquel que encuentre la sorpresa será coronado como rey de la casa, y a quien le toque el haba será castigado a pagar el roscón.

     Las sorpresas adoptan formas diversas, generalmente son figurillas, aunque puede encontrar, en los elaborados por la confitería, cosas tan extrañas como silbatos u otros objetos diversos.

     El decorado del roscón con frutas escarchadas tiene un sentido también en la iconografía navideña. Las frutas rojas y verdes simbolizan los rubíes y esmeraldas que se supone adornaban los mantos de los tres Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar. La tradición manda en estos dulces navideños. Incluso su popularidad se ha visto reflejada en el refranero popular, ya saben, mentiras y roscones, cuanto más grandes mejores.

Romanos y cristianos

     Entre las fiestas que inventaron los antiguos romanos la introducción de las tortas redondas con premio dentro, fue debido al Dios Jano, la deidad de las puertas, que se celebraba a principios de año. La tradición arraigó tanto en la civilización romana que está divinidad se ganó el nombre de Dios de los Pasteles.

     Los romanos acostumbraban a repartir, por aquellas fechas, tortas dulces con un haba en su interior a los más desfavorecidos. Este haba representaba la prosperidad. El que la encontraba era aclamado 'rey' durante un tiempo.

     Otras hipótesis apuntan a que son las fiestas saturnales, en diciembre, las que acogían esta tradición. El divertimento estaba destinado a los esclavos. Aquel que encontraba el haba era liberado durante las saturnales, fiestas que se convirtieron en grandes orgías y bacanales.

Del roscón pagano al cristiano

     En la Centroeuropa del siglo X, la tradición reapareció. Se comenzó a festejar la llegada de los tres Reyes Magos al portal de Belén. El rito pagano se convirtió en una costumbre cristiana, y entre los más humildes se repartía el dulce con el haba dentro.

     En este caso, el haba simbolizaba al niño Jesús, y según otras versiones, la huida de la persecución del rey Herodes. La costumbre se extendió en poco tiempo por toda Europa. En Francia, la figura del niño rey adquirió tanta fama que éste era objeto de grandes fastos y se le vestía de gala. El popular dulce llegó a España de la mano del rey Felipe V.

Ingredientes

     Uno de los ingredientes más característicos del Roscón de Reyes, son las frutas confitadas con las que lo decoramos. Te recomendamos que las compres ya hechas y que, antes de colocarlas en el Roscón, las pases por agua para retirarles el azúcar exterior. Así evitarás que se quemen al introducirlas en el horno. Igualmente, no dejes de probar tu Roscón relleno de nata montada o de trufa. Estará todavía más delicioso.

- 1 kg de harina (especial para amasado)

- 150 g de ralladura de naranja

- 100 g de zumo de naranja

- 100 g de levadura

- 1/4 kg de azúcar

- 50 g de nata líquida para la masa

- 10 g sal

- 250 g mantequilla

- 50 g de ron

- 50 g de agua de azahar

- 3 huevos

- Frutas confitadas (naranja, melón rojo y verde, cereza, calabaza, etc...)

Elaboración

Paso 1: Se mezclan bien a mano o en un amasador los huevos, junto con el ron, el agua de azahar, la ralladura de naranja, la harina y la levadura. Previamente habremos mezclado la levadura con agua tibia y la habremos dejado reposar cubierta con un paño 30 minutos.

Paso 2: Se amasa la mezcla hasta que quede bien elástica. 5 minutos antes de terminar de amasar se añade la mantequilla fundida. También se puede añadir un chorrito de aceite para suavizar la masa.

Paso 3: Se deja reposar la masa 10 minutos. Se unta con aceite la superficie sobre la que vamos a trabajar y se divide en varios trozos proporcionados. Se les da forma redondeada y se le hace un agujero en el centro

Paso 4: Rociamos cada roscón con un poco de agua y lo introducimos en el horno, a 40º, para que fermente y no encoja. La masa estará fermentada cuando comprobemos que ha doblado su tamaño.

Paso 5: Sacamos el roscón del horno, le damos una forma más ovalada a la masa y la pintamos con huevo batido. A continuación lo decoramos a nuestro gusto con las frutas confitadas.

Paso 6: Humedecemos el azúcar con el agua, lo mezclamos bien y lo espolvoreamos por encima del roscón. Añadimos también las almendras fileteadas. Introducimos el roscón en el horno, a 200º, 10 minutos, sólo con calor en la parte superior, y posteriormente 10 minutos más a 100º.