Detalle frontal de un ejemplar de carbonero común. (Parus major).
Detalle frontal de un ejemplar de carbonero común. (Parus major).

     El Carbonero Común es uno de los pájaros más llamativos de los que nos acompañan en la ciudad y zonas ajardinadas. Dentro de la familia de los Páridos, es el de mayor tamaño y peso. Posee un vistoso plumaje en el que contrasta el color amarillo del pecho y del vientre con una franja negra que se dibuja desde la garganta hasta la parte inferior, recorriendo todo el pecho. Tiene además un capirote negro, que se extiende en una pequeña franja alrededor del cuello, formando un collar que resalta sobre el blanco de la cara, lo que le da la apariencia de un guerrero, nombre vulgar con el que se conoce a los carboneros en la huerta. El plumaje del dorso tiene color verde oliva.

Hábitat y distribución

     Al carbonero común podemos en contrarlo en Murcia en zonas arboladas de muy distinto tipo, desde los pinares y encinares, hasta la huerta y cultivos arbóreos de secano, jardines e incluso formaciones de matorral (coscojares y lentiscares). Tan solo necesita la existencia de oquedades para criar.

     Se distribuye por toda la Región de Murcia, faltando tan solo en las áreas desarboladas. Ocupa toda la Península Ibérica y el resto de Europa, islas mediterráneas y parte de África.

Costumbres y alimentación

     El carbonero común es una especie que utiliza agujeros de árboles y muros para anidar, así como cajas nido, y hasta cántaras olvidadas. Los hace de briznas de hierba y musgo, tapizándolo con una capa de plumón o pelo sobre la que pone los huevos. Nuestras poblaciones son sedentarias, recibiendo en invierno ejemplares de zonas de mayor altitud y latitud.

     Se alimenta principalmente de frutos, semillas y brotes, que combina con una dieta insectívora principalmente en la época de cría, consumiendo cantidades ingentes de orugas, pulgones y otros muchos insectos.

Protección y conservación

     La adaptación del carbonero común a zonas antropizadas le permite evitar en parte las amenazas que se ciernen sobre el grupo de los páridos. Entre éstas, destacar la falta de bosques maduros con árboles viejos, lo que se traduce en una falta de agujeros en los que reproducirse. En las repoblaciones se intenta paliar éste déficit de huecos con cajas anidaderas, que aceptan rápidamente. El empleo de esta y otras especies de páridos en la lucha biológica contra la plaga de la procesionaria da muy buenos resultados, siempre que no se fumigue, y se combine con la plantación de distintas especies arbóreas.

Curiosidades

     Su canto le ha valido el sobrenombre de 'chichipán', epíteto que se ha trasmitido en algunas zonas de huerta a otros ámbitos.

Vicente Hernández Gil