Las salinas de interior de la Región de Murcia están directamente relacionadas con la geología regional y son representantes de la diversidad geológica que la caracteriza. Existen básicamente dos épocas geológicas que originan la presencia de los depósitos salinos en el interior: la facies Kéuper, en el Triásico superior (hace cerca de 200 millones de años); y la facies Messiniense, a finales del Terciario (finalizada hace unos cinco millones de años).

Las características y distribución de materiales de cada época divide la Región con gran claridad en:

Zona Norte (afloramientos Kéuper). La mayor parte de las salinas peninsulares quedan asociadas a yacimientos de sal formados en este período. La Región de Murcia ha contado a lo largo de su historia con ocho explotaciones salineras de interior asociadas a diapiros y cabalgamientos geológicos originados en el Keuper y ubicadas en Caravaca, Moratalla, Calasparra y Jumilla. En esta última localidad se ha datado y demostrado el origen romano de la explotación de las Salinas del Cabezo de la Rosa, única salinera de interior de esta época (las Salinas de Mazarrón en la costa también tienen su origen en época romana).

Franja central (margas yesíferas del Messiniense). Los depósitos de esta época se crearon tras la desecación de antiguas intrusiones marinas. El número de saladares asociados a este tipo de yacimientos es mucho menor que en Kéuper. Al menos seis de las salinas regionales se enmarcan en este período geológico y se sitúan en Librilla, Sangonera la Seca, Molina de Segura, Rambla Salada (Fortuna), Ojos y Ulea.