Aún cuando los embalses son sistemas artificiales, el interés de éstos radica en que llegan a constituir ecosistemas acuáticos de cierta entidad en la región de Murcia, por lo que albergan especies de vegetación y fauna de gran interés, dentro de una región tan árida como la nuestra.

     Cada uno de los embalses presentes en la región de Murcia, más de una veintena como se comprueba en la web de la Confederación Hidrográfica del Segura (http://www.chsegura.es/chs/cuenca/infraestructuras/embalses/index.html), tiene unas características propias que hacen difícil hablar de todos ellos a la vez. Existe un gradiente en cada una de las variables ambientales con las que podemos caracterizarlos. El agua por ejemplo, desde las más dulces de Ojós, y pobres en nutrientes, como Almadenes, hasta las más salobres de Santomera, o eutrofizadas como el embalse del Moro. O igualmente la vegetación que orla sus orillas, que presenta acusadas diferencias en el espacio y en el tiempo, debido a las variaciones de nivel o incluso a la inadecuación de las propias orillas. La superficie que ocupan o la finalidad para la que se construyeron.

     La puesta en funcionamiento de los embalses supuso y supone una modificación importante de la hidrología natural del río Segura, principalmente a escala temporal. Así, la irregularidad interanual, es decir la diferencia de caudales de un año a otro, sufre cambios importantes, provocados porque el agua de los embalses se utiliza fundamentalmente para regadío. A ello se añade una "inversión de caudales" en embalses y río, es decir que si en los meses estivales debería circular menor cantidad de agua por el río debido a la escasez de lluvias y a las altas temperaturas, en la actualidad durante esos meses de verano los caudales son los máximos, porque así lo demanda el regadío. Lo contrario que ocurre en cualquier río con caudales no regulados.

     No obstante, los embalses pueden considerarse ecosistemas híbridos entre un lago y un río, ya que muestran caracteres de ambos. En general, en la cola del embalse se encuentran condiciones más típicamente fluviales, dado que es allí donde se recibe el agua de los afluentes que lo alimentan, aunque rápidamente se transforman en aguas remansadas. Y cerca de la presa, el estancamiento del agua y las condiciones impuestas por ésta, hacen que se parezca más aquí a un lago, predominando la organización del agua en un sentido vertical.