La oferta en un espacio tan reducido de condiciones tan variables, que van desde aguas profundas y orillas abruptas sin vegetación, hasta zonas de aguas someras ricas en plantas acuáticas, con vegetación palustre en sus orillas, las convierten en zonas muy atractivas para la fauna, principalmente las aves, más visibles, dando lugar a comunidades muy diversas. A esto se le unen las características propias de las aguas, extensión, etc. de cada embalse.

     Dos comunidades orníticas marcadamente estacionales se establecen en este tipo de humedal, la invernante y la reproductora. Mientras que las invernantes hacen uso principalmente de la lámina de agua más profunda y abierta, las estivales se deben más a las orillas y a la vegetación emergente para anidar.

     Entre la comunidad ornítica de invernantes destacan las anátidas, pudiendo verse en los embalses murcianos a prácticamente todos los patos presentes en el resto de España: Porrón europeo (Aythya ferina), Ánade azulón (Anas platyrhynchos), Cuchara común (Anas clypeata), Zampullín común (Tachybaptus ruficollis), Somormujo lavanco (Podiceps cristatus), Focha (Fulica atra)..., y aunque lo hacen en escaso número, para algunas especies llega a suponer un porcentaje nada despreciable del total censado para España.

     En cuanto a las especies de aves que se reproducen en los embalses destacar las colonias de diferentes especies de garzas: Garza real (Ardea cinerea), Garceta (Egretta garzetta), Martinete (Nycticorax nycticorax) y Garcilla bueyera (Bubulcus ibis), que se han establecido en el arbolado de las orillas o en islas de su interior. Además de otras de gran interés como la Cigüeñuela (Himantopus himantopus), el Chorlitejo chico (Charadrius dubius) o el Pato colorado (Netta rufina). Los cambios en el nivel del agua para estas especies en la época de cría supone la pérdida de las nidadas. Bien por ahogamiento, si sube, bien por depredación, si ésta baja.

     Existe además toda una serie de especies asociadas a la vegetación tanto de las orillas, como de las colas, o a los taludes terrosos de los embalses, como el Rascón, Polluelas pintoja y chica; Avión zapador, Abejaruco..., sin olvidar al torcecuello, mosquiteros, currucas, e incluso el pájaro moscón, propios de la vegetación presente.

     No hay que olvidar en estos medios la presencia de otros grupos faunísticos como los reptiles, del que un buen representante en los embalses es el Galápago leproso (Mauremys leprosa), o de aquella fauna aún más ligada a ellos como son los peces, entre los que destacan por su abundancia los Barbos (Luciobarbus sp), Carpas (Cyprinus carpio), y otros; ni las numerosas especies de macroinvertebrados acuáticos de los grupos de Odonatos, Chinches, Escarabajos, etcétera, que podemos encontrar en sus aguas, aunque buena parte de ellas provenientes de otros ecosistemas acuáticos próximos.