Los exploradores en su primera ascensión al Morrón de Totana
Los exploradores en su primera ascensión al Morrón de Totana
Murcia enclave ambiental/"Espuña, campamento de exploradores", de J.M. López Lacárcel

Dar cuenta de todo lo que los exploradores murcianos han hecho desde los primeros años de su actividad en materia de educación para la protección del medio ambiente sería una tarea interminable. Sin embargo, es importante recoger el espíritu de los exploradores y su alianza con la Sierra de Espuña.

El papel de los exploradores murcianos en el campo de la educación medioambiental ha sido, desde principios del siglo XX, uno de los más significativos e importantes que se han desarrollado en la Región hasta la actualidad. Por medio de los campamentos de Espuña, celebrados durante 22 años consecutivos (1917-1938), han hecho nacer en millares de niños y jóvenes el respeto y el amor a la naturaleza.

La historia del escultismo murciano manifiesta un trabajo intenso pero ampliamente desconocido en materia de medio ambiente. Desde su inicio, en febrero de 1913, las acciones de los exploradores han ido encaminadas a movilizar a la comunidad para una acción útil y constructiva a través del espíritu del servicio. Por esencia, las actividades ligadas al descubrimiento de la sierra de Espuña y su difusión por el resto del país, supusieron una de las notas predominantes en los inicios. 

El año de inicio del campamento, en 1915, se abrió a los niños de las colonias escolares murcianas que, amparados por las tropas de exploradores, disfrutaron con ellos y descubrieron conjuntamente los encantos y las bondades de Espuña y la inmensa labor de repoblación forestal que hicieron los ingenieros de Montes. Desde allí, los jóvenes exploradores anidaron en la sierra y desde ella tendieron un lazo de unión sobre el resto de las provincias que la visitaron y disfrutaron, conociéndola y descubriendo sus más intrincados secretos.

Todo se trunca con la llegada de una guerra en España y un nuevo régimen que instaura un poder absoluto y férreo sobre las cosas y las personas. El escultismo es prohibido y desarticulada su estructura en 1940. Solamente a principios de los años 70, en el que comienza un período de tolerancia para las nacientes actividades de los scouts, y con la aparición de la noción de protección de la naturaleza y la concienciación ambiental, es cuando el papel representado por los jóvenes exploradores en este campo se está haciendo perceptible para un público más amplio.

La reunión en Estocolmo de junio de 1972 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente hace de sus problemas prioridades esenciales en el día a día de los asuntos internacionales y ello tiene un impacto directo con nuestro escultismo. A finales de año, los grupos scouts se movilizan y solicitan al Instituto para la Conservación de la Naturaleza las antiguas casas forestales de Espuña que, estando deshabitadas, puedan servir como refugios donde poder desarrollar actividades en pleno contacto con el medio natural. Así, Casa Rosa, Tenganeras y Casa Leyva son entregadas a grupos que las arreglarán y mantendrán para el disfrute de estas nuevas generaciones.