Free cookie consent management tool by TermsFeed Localización y seguimiento de carroñas - Región de Murcia Digital
NATURALEZA

El arruí, recurso trófico en Sierra Espuña

Localización y seguimiento de carroñas

El arruí constituye una fuente de alimento esencial para cientos de animales en Sierra Espuña
El arruí constituye una fuente de alimento esencial para cientos de animales en Sierra Espuña
Murcia enclave ambiental

Para lograr ubicar las carroñas se ha contado con la inestimable colaboración de los celadores de caza de la Reserva Regional. Durante el período de estudio, acompañaron directamente al equipo de seguimiento y señalizaron la posición de las carroñas para facilitar su localización. Además, colaboraron activamente en el transporte y la colocación de los arruís que se habían encontrado ahogados en las balsas de riego.

Una vez localizada cada carroña, se procedió a anotar el sexo y el peso de los restos, las coordenadas UTM y las características del hábitat circundante. Desde el momento de localización de la carroña comienza el proceso de seguimiento de las mismas, bien mediante la colocación de cámaras fotográficas equipadas con sensor de movimiento, bien mediante visitas periódicas y observación directa e indirecta, con la detección de excrementos, huellas y otras señales.

La distribución temporal de las carroñas incluye fundamentalmente el período regular de caza (agosto-enero), aunque también se aportaron carroñas fuera de este intervalo durante los meses de mayo y junio para evaluar el uso potencial de las carroñas durante el periodo reproductor del águila real.

Disponibilidad de carroñas en Sierra Espuña

Durante el desarrollo del proyecto, desde diciembre del 2005 hasta octubre del 2006, se han localizado, con la ayuda de los celadores de caza, 68 carroñas de arruí, tres de jabalí y dos de perro, además de tres carroñas de restos de matadero aportadas por el equipo de trabajo en invierno.

Las zonas en las que se encontraban las carroñas fueron visitadas cada tres días y se fotografiaron, estimando el porcentaje de carroña consumida respecto al peso inicial. También se anotaron los consumidores de carroña observados y los rastros encontrados, teniendo en cuenta el peso medio de las carroñas de arruís cazados y abandonados en el monte tras extraer los trofeos (45 kg) y las cifras de capturas estimadas para la Reserva Regional y el resto del Parque Regional y los cotos de caza del entorno. Según la información proporcionada por el Servicio de Caza y Pesca Fluvial y Defensa del Medio Natural, se trata de un mínimo de 300 individuos para la temporada 2006.

Los datos del estudio apuntan que el aporte de alimento en forma de carroña fue de, al menos, 13.500 kg anuales con 1,8 carroñas por kilómetro cuadrado disponibles. Esto implica que la disponibilidad anual de carroñas en el Parque Regional no debe ser en ningún caso inferior a los 75 kg por kilómetro cuadrado al año.

Éstos serían, no obstante, valores mínimos, puesto que además de hembras se caza una proporción similar de machos, de mayor peso. Además, habría que añadir la tasa de mortalidad natural ligada a enfermedades, furtivismo y accidentes, estimada en un 3-4 % (36-48 individuos/año), con lo que la biomasa total disponible podría superar 100 kg por kilómetro cuadrado al año.

Se trata de valores de disponibilidad similares a los descritos para el Parque Nacional de Yellowstone (USA) y Bialowieza (Polonia), donde el aporte de carroñas procede del descaste y de la actividad de los depredadores, especialmente el lobo (Canis lupus), aunque inferiores a los descritos para el Parque Nacional del Serengueti o las áreas dedicadas al pastoreo de ovejas de Escocia.

Las estimas realizadas son todavía muy grosas y requieren de una revisión exhaustiva de las estadísticas de caza y de una interpretación más detallada del proceso. Por otra parte, no se debe olvidar que también existe una importante variabilidad espacial, puesto que no todas las zonas del Parque son utilizadas para la caza ya que se excluyen las áreas más forestales y de uso público más intenso.

Además, la actividad cinegética también está sometida a una importante estacionalidad, puesto que la caza del arruí, y por tanto, la disponibilidad de carroñas, se limita al periodo agosto-diciembre. Por otra parte, los cupos de caza y descaste también han estado sometidos a considerables variaciones interanuales.