Figura 1. La barracuda es una especie que puede llegar a formar cardúmenes de miles de individuos y que es fácil de observar en todo nuestro litoral. [Litoral sumergido]
Figura 1. La barracuda es una especie que puede llegar a formar cardúmenes de miles de individuos y que es fácil de observar en todo nuestro litoral.
Juan Carlos Calvín

     Relación que se establece entre individuos de la misma especie. Es la tendencia a asociarse en grupo que presentan los individuos de un considerable número de especies animales marinas, pudiéndose observar esta tendencia tanto en especies del plancton como del necton y del bentos. Las ventajas de dicho comportamiento adaptativo deben ser evidentes pues sólo en peces marinos hay más de 2.000 especies que en alguna etapa de su vida desarrollan pautas de comportamiento de ese tipo. Aún así, las investigaciones realizadas hasta ahora no han proporcionado todavía conclusiones claras y aceptadas por todos los equipos de científicos. Facilitar la reproducción, la localización de alimento, la defensa ante los depredadores, el desplazamiento en especies migradoras, son algunas de las ventajas que se han creído apreciar en este tipo de comportamientos.

     Los cardúmenes de peces son, sin duda, las agrupaciones más espectaculares de las conocidas (Figura 1). Es como un cuerpo al que dan forma los muchos individuos (varios cientos o miles en algunas especies) de la misma talla que, manteniendo una equidistancia y coordinación entre ellos, funcionan al unísono. Asustar a los depredadores por su tamaño aparente, propiciar el desconcierto del depredador al no poder fijarse en una presa en concreto, facilitar el desplazamiento, asegurar la fecundación, parece que son algunas de las ventajas de este comportamiento.

     En el bentos, el caso de las bellotas de mar o de los mejillones (Figura 2) serían también ejemplo de gregarismo. Las larvas se verían atraídas por ciertas sustancias emitidas por los adultos de su misma especie, que las induce a fijarse en los mismos lugares que ocupan dichos adultos. La presencia de los mismos indica que las condiciones ambientales son adecuadas para la especie, por lo que la larva tendrá más oportunidades para su desarrollo, reduciéndose con ello la mortandad en esa etapa del desarrollo de la especie en cuestión.

Juan Carlos Calvín