Relación que se establece entre individuos de la misma especie. Formar colonias es una respuesta adaptativa que se observa en un importante número de especies que viven fijas al fondo formando parte del bentos. La colonia puede presentar formas muy variadas (incrustante, monticular, ramificada, globosa...), siendo también el color y el tamaño muy distinto de unas especies coloniales a otras (Figuras 1 y 2). Dentro de la colonia, los individuos o pólipos están conectados entre si y en la mayoría de las especies hay una división del trabajo (alimentación, defensa, limpieza, fijación, reproducción, incubación de los huevos...) y con ello una morfología diferente entre los pólipos. La colonia procede de una larva inicia que, por reproducción asexual (gemación), origina una ser.

La colonia, con las ventajas adaptativas que supone la interconexión entre sus pólipos y la diferenciación del trabajo de los mismos, es una respuesta adaptativa muy extendida en medio marino y que encontramos en grupos tan importantes y diferentes como cnidarios, briozoos o ascidias.

Juan Carlos Calvín