Plantas silvestres comestibles
Debido a nuestro desconocimiento del medio natural, lo más aconsejable y prudente será que comencemos la aventura de coger estos alimentos naturales de la mano de algún conocedor del tema. Así es como empecé yo recogiendo espárragos silvestres en las Sierras de Espuña o de Carrascoy; níscalos, champiñones o setas de cardo en las sierras de Moratalla y Segura con mi querido amigo Marcial del Calar de la Santa; o, ya en mi huerto de la Era Alta, acelgas de campo, bledas, rebanizas, cerrajones, ortigas, camarrojas, dientes de león, verdologas, hierbabuenas, hinojos, laureles, esperillas, perejiles bordes, manzanillas, ajos porros, collejas o lisones, entre otras.
A continuación, y como aproximación al tema para los no iniciados, vamos ha referirnos a algunas plantas que tradicionalmente han sido recogidas en la huerta y el campo murciano para elaborar ensaladas y otras preparaciones culinarias y que resultan muy fáciles de identificar y de encontrar en nuestro entorno, con una salvedad, los nombres comunes pueden ser múltiples para referirnos a una misma planta, en función del tipo o variedad de la misma, de la zona geográfica, del idioma,así, por ejemplo, a los lizones también se les llama picopájaro, a los cerrajones en la Huerta de Murcia les dicen lizones, a las acelgas se las conoce como 'acelgas negras', 'acelgas de campo', o 'bledas' aguas a bajo de Murcia capital ,quizás por influencia Aragonesa, como en Catalán-, etc.
No obstante, conviene tener presentes algunos consejos higiénicos:
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No recolectar las plantas en sitios contaminados, por ejemplo en los ribazos de carreteras con mucho tránsito de vehículos a motor-, o donde haya signos de presencia de animales domésticos, especialmente perros.
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Si va a comerlas crudas, lávelas bien en abundante agua con unas gotas de lejía o con alguno de los productos que venden específicamente para este fin en los supermercados.
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Si usted vive en el campo o la huerta, como medida preventiva, mejor no recoger plantas silvestres ni comerlas frente a niños pequeños. Estos no tienen la capacidad de reconocer con precisión las especies comestibles y pueden, por tanto, intoxicarse.
