Filo: Equinodermos.

Son invertebrados marinos caracterizados por presentar: un endoesqueleto compuesto por placas de carbonato cálcico, simetría pentarradial más o menos manifiesta y un conjunto de órganos exclusivos de este filo, que forman el sistema ambulacral. En el caso de algunos equinoideos y de los holoturoideos la simetría se reduce a bilateral, aunque pueden mantener una distribución pentámera de algunos de sus órganos.

Los equinodermos se dividen actualmente en cinco grupos (subfilums según algunos autores) que aparecen representados en el litoral murciano: los equinoideos o equínidos (erizos de mar), los asteroideos (estrellas de mar), los ofiuroideos (ofiuras), los crinoideos (crinozoos, crinoides o lirios de mar) y los holoturoideos (holoturias o pepinos y cohombros de mar). De estos grupos son especialmente importantes, a nivel paleontológico, los equinoideos y los crinoideos, ya que sus restos son relativamente abundantes en el registro fósil, y además, suelen localizarse numerosos esqueletos íntegros. De los restantes grupos solo encontramos placas o partes mineralizados sueltas, lo que hace muy laborioso y poco gratificante su estudio y catalogación.

Los primeros restos inequívocos de los antepasados de estos organismos se han localizado en el Cámbrico inferior, pero es posible que sus ancestros más remotos estén en el Precámbrico de la fauna de Edicara.

En la Región de Murcia son especialmente abundantes y fácilmente identificables los restos fósiles de equinoideos y en menor cuantía de crinoideos.

Modo de vida

Son organismos exclusivamente marinos, por lo que la presencia de sus restos en las rocas nos aporta información de este medio sedimentario. Casi todos ellos son bentónicos y de vida libre, aunque su desplazamiento en los ejemplares adultos es limitado, y en el caso de los crinoideos inexistente. Su distribución en los ambientes marinos es muy amplia, desde la zona de rompiente del oleaje hasta los fondos abisales. Aunque suelen abundar más en las zonas litorales o de plataforma marina, y especialmente, en los ambientes de arrecife; constituyen actualmente la mayor parte de la biodiversidad de los fondos marinos profundos.

Los asteroideos (estrellas de mar) son mayoritariamente depredadores o carroñeros, que se alimentan principalmente de: otros equinodermos, bivalvos o gasterópodos; aunque algunos de ellos devoran los pólipos de los corales y unos pocos son suspensívoros. Los holoturoideos (pepinos de mar) son principalmente sedimentívoros y filtradores. Los ofiuroideos se alimentan mediante la depredación y la absorción de materia orgánica del sedimento o del agua. Los crinoideos (lirios de mar) son esencialmente filtradores. Los equinoideos que presentan simetría pentarradial son mayoritariamente herbívoros, alimentándose de ramonear las algas, que crecen sobre las rocas; mientras que los que presentan simetría bilateral suelen ser sedimentívoros, carroñeros o filtradores.

Curiosidades

El aparato masticador de los erizos de mar se denomina linterna de Aristóteles en honor a éste filósofo, que fue el primero en describir un erizo del género Echinus.

Crinozoos

Los crinoides en sentido amplio se dividen en unas cinco clases de las cuales destacan: los Cystoideos y Blastoideos, que vivieron en los mares del Paleozoico, y los Crinoideos que persisten actualmente. En conjunto se caracterizan por vivir fijados al sustrato, presentar la boca dirigida hacia arriba (el resto de equinodermos la presentan orientada hacia el sustrato), y poseer un cuerpo en forma de cáliz o globoso (la teca y cáliz), del que parten en la zona superior una serie de brazos con funciones alimenticias, que rodean al cono anal. Los brazos más el cáliz forman la corola.

En la zona inferior del cáliz poseen un pedúnculo o tallo que lo fija al sustrato (salvo los comatulidos que carecen de él y se pueden desplazar). Los brazos pueden presentar extensiones laterales denominadas pínnulas y el pedúnculo puede presentar una serie de extensiones a lo largo del mismo o más frecuentemente en su parte distal, que se llaman cirros.

Estos organismos aparecen en ambientes marinos muy diversos, desde 1 m hasta más de 8.000 metros de profundidad. En el pasado (especialmente en el Paleozoico y en el Jurásico) la acumulación de las placas carbonatadas, que forman su esqueleto, llegaron a formar rocas: las calizas de crinoides o encrinitas.

En nuestra región son relativamente frecuentes, y fácilmente identificables, los restos de crinoides en las rocas mesozoicas, pero destacan de entre ellas las margas y margocalizas subbéticas del Cretácico inferior, donde suelen estar asociados a braquiópodos y equinoideos (erizos de mar).