Reino: Protista (Protoctistas, según autores)
Filo: Cercozoa (Sarcodina, según autores)
Clase: Rhizopoda
Orden: Foraminifera (Algunos autores consideran este orden como un filo).


Los foraminíferos son organismos unicelulares y eucariotas, provistos de concha mineralizada por carbonatos y en algunos casos por sílice u otras sustancias, que pertenecen al reino de los protistas. Aparecieron en el Cámbrico (principios del Paleozoico) y persisten en la actualidad en infinidad de ambientes marinos; poblando desde el litoral hasta los fondos de mares y océanos cálidos y fríos.

Desde el punto de vista paleontológico se suelen dividir en dos grandes grupos:

¬ Los macroforaminíferos; que alcanzan tamaños centimétricos y que por lo tanto al poseer una concha relativamente grande, gruesa y pesada, para su tamaño, vivían cerca del lecho marino formando parte del bentos.

¬ Los microforaminíferos: cuyas delgadas conchas poseen un tamaño inferior al milímetro, por lo que viven suspendidos en la zona fótica de las aguas marinas formando parte de plancton.

Distribución temporal

Los macroforaminíferos aparecen a principios del Paleozoico, mientras que los primeros microforaminíferos, que se conocen, aparecen  en rocas jurásicas (Mesozoico). Ambos grupos persisten en la actualidad.

Dentro de los macroforaminíferos destacan: los fusulínidos que aparecen en el Silúrico y se expande en el Carbonífero para desaparecer en el Pérmico, los orbitolínidos en el Cretácicico inferior, los alveolínidos del Cretácico superior-Paleógeno y los nummulítidos en el Paleógeno; aunque el género Heterostegina es muy abundante en el Mioceno superior y persiste actualmente en el Mediterráneo, Pacífico e Índico (Heterosteginadepressa).

Dentro de los microforaminíferos cabe destacar por su importancia estratigráfica los globigerínidos, que aparecen en el Jurásico y persisten actualmente.

Modo de vida

Los foraminíferos son organismos marinos y mayoritariamente carnívoros, que se alimentan de otros microorganismos que atrapan con pseudópodos generados por la deformación del citoplasma. Estos pseudópodos atraviesan su concha por unas perforaciones que poseen en ella. Muchos de ellos poseen un tamaño considerable (macroforaminíferos) para ser unicelulares, ya que oscilan entre poco menos de 1 cm y los 20 cm, y viven sobre el fondo marino o sobre plantas, desplazándose lentamente mediante los pseudópodos. Mientras que otros viven fijados a distintos elementos del fondo. Los que poseen un tamaño comprendido entre 0´1 mm y 1 mm (microforaminíferos) son planctónicos y herbívoros que se alimentan del fitoplancton.

Algunos de ellos viven en simbiosis con organismos fotosintéticos, por lo que se localizan cerca de la superficie o en fondos marinos donde puede llegar la luz.

Al poseer concha carbonatada, la presión y la temperatura condicionan su distribución batimétrica. Así, en mares cálidos hay numerosas especies, algunas de las cuales pueden vivir a profundidades próximas a los 3.000 m. Mientras que en los mares fríos, el número de especies es escaso y viven cerca de la superficie de las aguas.

Los macroforaminíferos poseen reproducción alternante (sexual y asexual), mientras que los microforaminíferos planctónicos se reproducen sexualmente.

Interés científico

Son excelentes fósiles guía, ya que al ser unicelulares; han evolucionado rápidamente, se pueden localizar infinidad de sus conchas en casi todas las rocas marinas y colonizaron casi todos los ambientes marinos desde principios del Paleozoico. Sirven pues para: datar las rocas, determinar ambientes marinos (temperatura, profundidad, salinidad, paleolatitud, etc.) y conocer el clima reinante en épocas pasadas.

Localización

Son los fósiles más abundantes en nuestra región, tanto en número de ejemplares como en número de especies. Estando numerosas rocas formadas mayoritariamente por conchas de macroforaminíferos, como:

¬ Las calizas nummulíticas de Sierra Espuña, de la sierra de la Pila, de Somogil-La Puerta (Moratalla), del pantano de la Cierva o de Fuente Caputa (Mula), entre otros muchos lugares.

¬ Las calizas de alveolinas de la sierra del Carche (Jumilla).

¬ Las areniscas con heterosteginas de Aledo o de la rambla del Pocico (Sangonera).

¬ Las areniscas y margas con orbitolinas de la Loma de Planes (Molina de Segura), de la Garapacha (Fortuna) o de las sierras de Sopalmo (Jumilla) y los Engarbos (Moratalla).

Mientras que los microforaminíferos son muy abundantes en casi todas las formaciones margosas del Cretácico (Fortuna, Bullas, Cehegín, Caravaca, Moratalla, etc.) y del Neógeno de la región (cuencas neógenas de Fortuna, Mula, Lorca, Bajo Segura, etc.).

Criterios de clasificación

Para una determinación correcta de la mayoría de los foraminíferos es indispensable la utilización de una lupa binocular, e incluso para muchos de ellos es necesario recurrir a la realización de láminas delgadas de rocas, para su observación con microscopio. No obstante, se describen más abajo aquellos que a simple vista o con la ayuda de una lupa de mano pueden ser fácilmente reconocibles.

La clasificación de los foraminíferos fósiles ha sido fundamentalmente establecida por micropaleontólogos en función de:

¬ La composición, naturaleza, forma y enrollamiento de la concha.

¬ El número, la disposición y forma de las cámaras y tabiques en los que está estructurada la concha.

¬ El tipo de aberturas.

¬ La ornamentación que presentan las conchas (espinas, tubérculos, costillas, perforaciones, lóbulos, suturas, etc.)

Curiosidades

Los foraminíferos contribuyen a prevenir el cambio climático, ya que fijan enormes cantidades de CO2 en sus conchas, en forma de carbonato de calcio, evitando que éste pase a formar parte de los gases de efecto invernadero de la atmósfera.

Los foraminíferos registran con bastante precisión en sus conchas la salinidad y temperatura de las aguas, por lo que son excelentes indicadores paleoclimáticos. La extinción masiva de estos organismos indica grandes catástrofes, como la caída de un gran meteorito hace 65´5 millones de años.

La mayor parte de los foraminíferos actuales, suele tener un tamaño que oscila entre las décimas de milímetro y el centímetro, pero existen algunos que llegan hasta los 20 cm, como Syringammina fragilissima.

En la costa murciana el foraminífero más grande, que se conoce, es el Spiculosiphon oceana descubierto en 2012 en la montaña submarina del Seco de Palos, que alcanza cerca de 5 cm de longitud.

Los nummulites que existen en las rocas cercanas al monte Olimpo, eran considerados en la antigua Grecia como lentejas petrificadas procedentes de los banquetes de los dioses. Algunos historiadores los describieron también como lentejas petrificadas, al observarlos en las rocas de las pirámides de Egipto, pensando que eran restos de las comidas de los esclavos que las construyeron.

Nummulites es un diminutivo de la palabra latina “nummulus” que significa pequeña moneda, debido a su forma.

Principales macroforaminíferos de la región

Orbitolina: Foraminífero bentónico y nerítico, con caparazón de morfología cónica, que recuerda a un sombrero chino, y alcanza los 2 cm de diámetro. En sección transversal se observan tabiques verticales y horizontales que dividen las cámaras. Mientras que en sección axial aparecen tabiques en zig-zag que generan un entramado triangular. Vivió desde mediados del Cretácico inferior, hasta finales del Cretácico superior (Barremiense-Maestrichtiense).

Alveolina: Concha involuta lobulada por la existencia de suturas, de morfología fusiforme, subcilíndrica o casi esférica, de crecimiento espiral perpendicular al diámetro mayor, con tabiques secundarios alternantes y canales pre y postseptales, presentando una longitud cercana al centímetro. Las primeras vueltas presentan un enrollamiento irregular. La abertura está formada por dos filas de poros circulares u ovales. Las paredes son porcelanoides e imperforadas. Habitó en las plataformas marinas de mares cálidos del Eoceno. Actualmente persiste el género Alveolinella.

Nummulites: Foraminífero bentónico y nerítico, con caparazón lenticular o plano de hasta unos 6 cm, totalmente involuto y de crecimiento muy lento, con unas 40 vueltas de espira, que vivió en aguas con temperaturas superiores a los 20ºC desde el Paleoceno superior hasta mediados del Oligoceno inferior, originando grandes bancos a profundidades normalmente inferiores a los 100 m, en plataformas carbonatadas.

Assilina: Foraminífero bentónico y nerítico, con caparazón discoidal o lenticular de hasta unos 4 cm, generalmente más plano que el de Nummulites, del que se distingue por ser relativamente evoluto y de crecimiento más rápido, con un número de vueltas de espira menor de 18 y cámaras más grandes y menos numerosas. Vivió en el Eoceno inferior y medio en ambientes semejantes a Nummulites.

Operculina: Foraminífero bentónico y nerítico con caparazón de crecimiento rápido dividido en cámaras por tabiques curvos perpendiculares a la espira, que recuerda al de un “ammonoideo”, con solo unas 5 vueltas de espira originando conchas de hasta unos 3´5 cm. Aparece en el Paleoceno y persiste actualmente. Ambiente semejante a Nummulites y Assilina.

Heterostegina: Concha evoluta semejante a Operculina, de la que se distingue por presentar tabiques secundarios perpendiculares a los principales, que dividen las cámaras paralelamente a la espira.En la región no suele superar el centímetro. Eoceno- Actual.