Mirando hacia el norte, antes de llegar a las escaleras de El Poyato, se observa la Molata de Charán, que tiene una altitud de 1.416 m. Está formada, en su cima, por areniscas con estratificaciones cruzadas, ricas en fragmentos de fósiles, y conglomerados de origen deltaico en la base. Forman parte de los últimos sedimentos marinos depositados en el Estrecho Norbético, hace unos 11 millones de años en el Mioceno (Serravaliense superior-Tortoniense inferior). Detrás de la Molata hay una cantera que explota estas rocas comercialmente, denominándolas piedra nogal, y que son muy frecuentes en las fachadas de muchas viviendas murcianas. A la derecha, junto a la aldea de Charán, en la cabecera del barranco del Agua, hay un paleokarst muy interesante que afecta a rocas de unos 55 millones de años, del Paleoceno, se distingue muy bien por sus grandes formas redondeadas de color grisáceo.

Entre sabinas negrales seguimos un camino que avanza hacia Hondares por una suave loma de estratos calizos. El camino termina en el centro de esta loma y siguiendo pequeños montones de piedras, hitos que nos indican el sendero, se llega al borde de El Poyato, al inicio de unas antiguas escaleras labradas en la imponente pared rocosa (coord. 586,51-4.233,04). Una vez allí, antes de bajar es recomendable observan el hermoso paisaje y con ayuda del mapa geológico disfrutar de su interpretación geológica. Se observa casi por completo el impresionante barranco hondares, con su ancha cabecera en forma de anfiteatro, cerrada por las impresionantes paredes de areniscas miocenas de casi 2,5 km de largo y 100 m de altura. En su valle los cortijos de Hondares de Arriba y de Abajo dan un toque de humanidad, por ahí discurre el itinerarios propuesto. Se contempla que el arroyo de Hondares se encaja bruscamente hacia el sureste formando un desfiladero entre calizas del Cretácico, al fondo se ve el pueblo de Moratalla y su castillo.

Todo este paisaje está incluido en lo que denominamos el pliegue antiforme de la sierra de la Muela. En la charnela, el centro de este pliegue, los estratos están horizontales y son los más antiguos, del Cretácico. Esta charnela se ve bien desde El Poyato. Hacia el este se observa en la cima de la sierra de la Muela, a 1413 m,  hacia el sur se prolonga  por el Puntal del Fraile, el entorno de Las Lomas y hacia el oeste llega hasta la Risca. Atendiendo a esta estructura en uve invertid del pliegue, enseguida comprendemos que las rocas de la cabecera de Hondares que están inclinadas hacia el norte, se inclinarán y repetirán hacia el sur una vez pasado el cerro del Fraile y Las Lomas, la charnela Efectivamente estos estratos vuelven a aparecer en el curso bajo de Hondares y, sobre todo, en La Puerta y Somogil. Al fondo vemos las sierras del Cerezo, Los Álamos y el  Frontón, que son grandes cabalgamientos de rocas del Mesozoico más antiguas, superpuestas sobre el pliegue de la Muela.

Con la idea de que estamos observando un gran anticlinal sobre su flanco norte, se llega a la conclusión que una vez formado este gran pliegue durante la orogenia Alpina, los procesos erosivos tuvieron que erosionarlo de una forma brutal para desmantelar todas las formaciones cenozoicas que, posiblemente, tendrían continuidad a un lado y otro del pliegue, al menos las paleógenas pues todavía quedan en la charnela del pliegue, en el entorno de Las Lomas, dejando así al descubierto su núcleo con las rocas más antiguas cretácicas.

La cabecera del barranco de Hondares es paralela a la dirección del flanco norte del pliegue, de los estratos, por tanto su origen ha estado condicionado por la diferente dureza de sus rocas. Hay rocas blandas por donde el agua ha ido erosionando con más facilidad, a la vez que se generarían escarpes de rocas duras que van retrocediendo por procesos de descalce y desprendimientos. Estos procesos continúan hoy día. La fracturación, las fallas también han condicionado la erosión y formación de barranco de Hondares, sobre todo en su curso medio que atraviesa perpendicularmente el eje del pliegue de La Muela. En el mapa geológico se observan numerosas fallas que tiene la misma dirección que el curso del arroyo.