Clase

Sedimentaria. Silícea


Descripción

El término sílex procede del latín que significa piedra, también  se ha denominado pedernal o chert . Aunque en ocasiones ha sido clasificado como una variedad mineral se trata de una roca silícea de origen químico. Suele aparecer en nódulos o estratificada en niveles de poco espesor y con continuidad lateral (silexitas), incluidos en calizas, dolomías, margas, arcillas o diatomitas. Los nódulos alcanzan tamaños variados, pudiendo oscilar desde algunos centímetros hasta varios decímetros y es común que, superficialmente, el nódulo presente una costra milimétrica opaca o blanca producida por alteración, mientras que el interior es siempre muy duro (raya la navaja).

Es una roca con textura micro y criptocristalina, constituida principalmente por minerales del grupo de la sílice y sus variedades como cuarzo, tridimita, cristobalita, calcedonia, ópalo, etc.; con impurezas de carbonatos, arcillas y yesos. Su coloración es muy variable, aunque predominan los tonos grises, pardos e incluso negros, por la inclusión de materia orgánica y de hidróxidos de hierro. Suele ser algo traslúcido, aunque existen ejemplares muy opacos.

Se reconoce fácilmente por ser una roca sedimentaria dura y compacta, que no se raya con una púa de acero, ni efervece con ClH concentrado. Una de las características más importantes para distinguirlo y por su utilidad, es su fractura curva y muy lisa al tacto (concoidea) que genera bordes duros, astillosos y cortantes. Algunos sílex conservan fósiles en su interior.

Ambiente de formación

Los sílex se originan por diagénesis, principalmente por la concentración y silificación de otros tipos de rocas o transformación del ópalo amorfo de sedimentos biosilíceos a polimorfos del cuarzo. Está asociado a calizas, dolomías, margocalizas, margas y arcillas de ambientes marinos o lacustres, comúnmente salinos. Dicha sílice puede proceder muy a menudo de la concentración de restos silíceos de organismos,  que dan sedimentos ricos en radiolarios, diatomeas, espículas silíceas de esponjas, entre otros. La circulación de fluidos ricos en sílice derivados de la actividad volcánica o tectónica, contribuye a su formación directamente, o indirectamente, por la proliferación que inducen de seres vivos con caparazón silíceo. También es corriente la concentración de sílice en suelos asociados a medios palustres o márgenes lacustres, por la oscilación del nivel del agua (ambientes vadosos o freáticos).

Localidades

El sílex es una roca localmente abundante en numerosas zonas de Murcia, aunque no origina formaciones cartografiables, pues aparece en nódulos o niveles más o menos discontinuos que hace difícil el control de su localización.

Los nódulos son relativamente abundantes en las calizas jurasicas subbéticas, como en las sierras de: Lugar, Corque, Ricote, Oro, Burete, Quipar, Labia, Cambrón, etc.; o en las margocalizas del Cretácico superior, tanto subbéticas como prebéticas, donde destacan los estratos de sílex de la sierra de Lacera, al norte de Yecla. También aparecen nódulos, en ocasiones de color rojo, en las dolomías triásicas del Complejo Maláguide de Sierra Espuña. Todos ellos generados en la diagénesis de rocas carbonatadas marinas ricas en radiolarios y espículas silíceas de esponjas. 

Pero quizás, los sílex más llamativos son los localizados en los sedimentos margosos messinienses (Mioceno superior) de Lorca, Fortuna, Jumilla y de las Minas (Moratalla- Hellín). Se trata de sílex formados a partir de frústulas de diatomeas, que proliferaron extraordinariamente durante el Messiniense, tanto en cuencas marinas, como continentales; posiblemente por el enriquecimiento en sílice de las aguas a causa de los volcanes del entorno.

Aunque más raramente, existen depósitos de sílex originados por la sustitución de rocas carbonatadas muy porosas, ejemplo de ello lo tenemos en Moratalla, donde un travertino afectado por una falla, en las proximidades del afloramiento volcánico del Salmerón, ha sido parcialmente reemplazado por sílice, posiblemente por procesos hidrotermales. Por último, al ser una roca dura que resiste la meteorización y el transporte, se encuentra en forma de cantos en numerosos depósitos fluviales cretácicos, terciarios y cuaternarios.

Usos

El sílex, a pesar de ser poco abundante, ha sido una de las rocas más importantes en los orígenes de la humanidad, ya que fue el primer material geológico utilizado por los hombres para la fabricación de objetos relacionados con su alimentación y defensa. Diferentes hipótesis apuntan al sílex como la roca que se utilizó en la prehistoria para la realización del fuego, y sin lugar a dudas fue la materia prima para la fabricación de las primeras herramientas de caza (puntas de flecha, hachas, etc.), despiece (raspadores, cuchillos, etc.) y recolección de vegetales (dientes de hoz). En Murcia existen numerosos lugares donde se encuentran concentrados gran cantidad de esquirlas de sílex, verdaderos talleres de herramientas utilizadas por nuestros antepasados para estos usos.

Los de forma subesférica, formados por uno o varios elipsoides unidos entre sí, poseen el interés añadido de que en la época del bronce fueron utilizados y comercializados, por diversas zonas de Albacete y Murcia, con fines religiosos, como amuletos funerarios que simbolizaban el cuerpo de una mujer (idolitos).

Posteriormente el sílex se ha seguido utilizando en algunas zonas hasta tiempos no muy lejanos, en la fabricación de trillos, piedra de mecheros, etc. En la actualidad no tiene aplicaciones importantes, se utiliza en la cerámica, como abrasivo o para hacer  molinos de bolas y morteros.