Vista del Cabezo Gordo [Torre Pacheco_Historia]
Vista del Cabezo Gordo
Sima de las palomas
Sima de las palomas
Carlos Ortiz Sánchez

La sima de Las Palomas, descubierta en 1991, está aportando importantes datos sobre los primeros pobladores de nuestra región. Los estudios realizados sobre los restos humanos hallados hasta la fecha arrojan unas dataciones que oscilan entre los 125.000 y los 50.000 años a.C.

La importancia de este yacimiento radica en la existencia de restos de dos tipos distintos del género Homo: el Homo sapiens neanderthalensis y el Homo sapiens arcaico, que habitó la sima antes de los hombres de Neandertal. La fauna asociada es variada y hace pensar que  la ocupación humana de la cueva se produjo durante un amplio periodo de tiempo que podría superar los 300.000 años, aunque estos datos están aún por confirmar. Entre las especies animales halladas destacan ciervos, caballos, linces, leones, tortugas de tierra, etc.

El tipo de alimentación era variado, a juzgar por el registro de fauna, aunque puede que se especializasen en alguna presa abundante, como los ciervos y caballos salvajes. En épocas de escasez de caza recolectaban pequeños animales, como tortugas o caracoles, y frutos.                                               

La caza mayor correría a cargo de los más experimentados, que tras días de búsqueda de las presas intentarían orientarlas hacia desfiladeros o pasos en los que serían abatidas por otros cazadores que permanecerían a la espera. Los útiles de caza se componían de lanzas de madera afiladas y endurecidas a fuego o rematadas en el extremo por una punta de sílex tallado atada con fibras vegetales o tripas de animales.

Solana y Umbría: Una elevada superficie del Cabezo está caracterizada por sus pronunciadas pendientes. Éstas aumentan por encima de la cota 100 y se hacen máximas en las laderas que llegan hasta el vértice geodésico.

En las laderas de umbría, debido a la espesa vegetación, sobre todo en    las vaguadas, podemos encontrar una variada fauna de pequeñas aves insectívoras como las currucas o los mosquiteros. En las zonas con suficiente sustrato terroso y húmedo habitan las culebrillas ciegas y los  sapos corredores. En esta zona encontramos el espino negro, el   ombligo de Venus, la cosentinia vellea, la orquídea, la coronilla, el  muraje, el candilillo, el barrón o esparto, el espárrago blanco, el pino carrasco y la curruca cabecinagra.

En las laderas de solana podemos ver sobre los pedregales al roquero solitario o la collalba negra, ambos de color oscuro. Las laderas son lugares ideales para la identificación de infinidad de plantas que al finalizar el invierno florecen, alegrando el paisaje. Algunas de las especies de flora que podemos observar son las siguientes: cornical,  caralluma, cabello de monte o cuscuta, aulaga pinchosa, arzolla, ruda y  uña de gato.

Recomendaciones

Para realizar visitas al Cabezo Gordo habrá que solicitar en todo momento permiso a los propietarios, teniendo prioridad los grupos organizados y guiados por personal que conozca el terreno.

  • Conviene llevar botas para evitar torceduras y ropa poco llamativa para no asustar a las especies que queremos observar.

  • Conviene llevar agua y gorra en los meses de primavera y verano.

  • Es aconsejable llevar prismáticos de entre 8 y 10 aumentos, así como un pequeño cuaderno y lápiz para dibujar o anotar cuanto nos interese.

  • No adentrarse en cavidades o pozos, pues además de ser peligroso alteramos la fauna que en ellas habita.

  • No tirar basuras.

  • No toques las plantas ni los animales, obsérvalos a distancia con la debida óptica (lupas o prismáticos).

  • Disfruta de un lugar único y con muchas cosas por descubrir y recuerda que en este monte vivieron nuestros antepasados hace más de 100.000 años.

Llanos Pedregosos: Son espacios caracterizados por su escasa pendiente y por la abundancia de materiales de arrastre de ladera (conos de deyección). En el pasado carecían de transformaciones humanas, sobre todo porque estos lugares apenas podían ser cultivados por su dureza. Últimamente se han transformado grandes superficies de estos ambientes, bien removiendo el terreno con grandes máquinas, bien rellenando con tierras de cultivo o extrayendo materiales para la construcción de obras públicas. Esto ha ocasionado la alteración del hábitat de infinidad de plantas difíciles de encontrar en las laderas del monte o aves esteparias como el alcaraván, que criaba y se alimentaba en estos llanos pedregosos.

En esta zona podemos encontrar las siguientes especies de flora: pino piñonero, bolaga, perpetua, rosa de la Virgen, estepa blanca, tomillo y  gamón.

Cultivos: Se incluyen en este apartado los ambientes generados por el hombre y que dependen directamente del interés de éste: cultivos de hortalizas o frutales, así como los propios embalses de riego. Estos últimos elementos atraen especies ligadas al medio acuático como la culebra viperina, la rana o algunas aves como las garcetas, éstas siempre escasas y ocasionales. Éste es el hábitat de especies como la margarita silvestre, el algarrobo, la amapola, el naranjo y la abubilla.

Cuevas: Las explotaciones en galería de mineral de hierro, aprovechadas con mayor intensidad a principios del S. XX, en las que se seguían las vetas de mineral hasta que se agotaba, han generado infinidad de cuevas, galerías o simas artificiales; también se han ampliado o destapado otras de origen natural, como es el caso de la sima de Las Palomas. En ellas se supone una creciente pero abundante colonización de especies cavernícolas como es el caso de los murciélagos. La cueva del lago, en la cara sur, sirve como refugio estival a una importante colonia de murciélagos de cueva y patudos que debemos respetar y conservar, pues estos animales cada vez son más escasos por las transformaciones que el hombre origina en su hábitat.